Río Piedras, Puerto Rico – La Universidad de Puerto Rico, siempre a la vanguardia de la educación en la Isla, se ha elevado a la posición número uno entre todas las universidades a nivel de los Estados Unidos en la preparación de huelguistas profesionales, según un estudio realizado a nivel nacional. Éste asegura que los graduados del programa de Huelgas y Brazos Caídos de la UPR son los más cotizados en toda la nación americana, y de los más altos del mundo entero.
En el seminario «Cómo Usar Tu Pandero Como Instrumento Justiciero», los estudiantes aprenden todo sobre cómo amenizar y musicalizar una línea de piquete
El programa de Huelgas y Brazos Caídos de la UPR se instituyó hace menos de diez años por el Profesor Ramón Emeterio Campos, catedrático del Recinto de Río Piedras, quien tuvo la visión de implementar un programa de estudio para «afinar las técnicas y la ejecutoria de las huelgas y protestas de brazos caídos». Inspirándose en el «reguero de bambalanes y masquejode» con los que naturalmente goza el Departamento de Humanidades de la UPR, el Profesor Campos decidió canalizar estas tendencias huelguísticas para producir un nuevo campo de profesionales.
«Yo también en mis años de mocedad era un huelguista aficionado», confesó el Profesor Campos; «Como ven, aquí en la UPR tenemos una rica historia huelguística que se remonta a cuando las fotos eran en blanco y negro»
«Hacer una huelga efectiva no es simplemente dejar de trabajar», aseguró el Profesor Campos. «Es aparecerse frente al trabajo dispuestos a joder y a caldear ánimos; es preparar carteloncitos con frases irreverentes pero jocosas; es inventarse una plenita que rime y que se tripee a la administración. Eso, mi hermano, no lo hace cualquier hijo de vecino: eso es algo que sólo nuestros estudiantes saben brindar, y es por eso que no es poco usual que organizaciones laborales privadas (incluso fuera de la Isla) contraten los servicios de nuestros graduados… si alguien quiere joder el parto, van directamente a las personas a quienes le sale del alma».
«¡Miren qué ánimo de joder tienen nuestros estudiantes!» exclamó con orgullo el Profesor Campos; «¿Tú crees que uno solo de ellos sabe por qué carajo está protestando? No, porque un huelguista profesional no puede preocuparse por pequeñeces como ‘convicción’ o ‘propósito’: un huelguista profesional protesta y ya»
Por ejemplo, en una huelga de la Asociación de Cocineros de Buffets Chinos de Nueva York, se estima que el 75% de los que comparecieron para protestar eran puertorriqueños, lo que causó gran confusión entre los patronos y miembros de la prensa. Entre pancartas de «Chinito Quelel Coblal Má» y gritos enérgicos de «Cocinelo Unido Jamá Selán Vencido», la huelga fue un rotundo éxito, en gran parte gracias a la inventiva y grado de profesionalismo brindado por los huelguistas boricuas.
Aquí vemos cómo en esta huelga de cocineros chinos está el puertorro que hace orilla: gracias a eso, chinito comelle el culo al patlón
Los graduados del programa también fueron indispensables en la protesta de brazos caídos llevada a cabo por la Hermandad Mexicana de Mucamas y Conserjes Hoteleros en San Francisco, donde de nuevo más de la mitad de los protestantes eran puertorriqueños: esta vez, sin embargo, nadie se percató porque los patronos no podían distinguir entre mexicanos y boricuas, y porque a nadie le estuvo raro ver a «un chorro de hispanos tirados por ahí sin hacer nada». Sin embargo, con tal de dejar de escuchar canciones de protesta a ritmo de ranchera, los patronos capitularon y concedieron todas las peticiones de los protestantes.
Incluso en esta huelga de trabajadores mexicanos vemos cómo está el boricua tocando los palitos con su cartelón, esta vez al enloquecedor ritmo de ranchera
«Estoy muy orgulloso de ser un huelguista profesional», aseguró Zoilo Muriente, un recién graduado del programa. «Me tripea que lo mismo que solía hacer sólo por joder la pita cuando no quería ir a clase, o cuando había algún examen para el cual no había estudiado, es ahora con lo que me gano el billete. ¿Quién dijo que ser un mandulete no me iba a llevar a ningún la’o?», preguntó con una sonrisa carifresca.