San Juan, Puerto Rico – En lo que será el próximo descabellado y eventualmente fallido intento del Gobierno de Puerto Rico de ayudar a rectificar la paupérrima situación fiscal que está atravesando la Isla, el Gobernador Aníbal Acevedo Vilá anunció hoy su intención de establecer un impuesto sobre el uso solar de todos los puertorriqueños.
El Gobernador explicó que dado que el Impuesto sobre Valor y Uso (mejor conocido como el «IVU») no ha logrado desembarazar el erario público de la terrible situación fiscal en la cual se halla sumido, su administración ha tenido que pensar en formas alternas de recaudar fondos para poder correr las agencias de gobierno. La solución propuesta para complementar el IVU y el impuesto sobre ingresos es el Impuesto sobre Uso Solar, o «IUS», el cual obligará a la ciudadanía a pagar «cada vez que sean besados por los rubios rayos del sol».
De sólo mirar esta foto del sol, ya le debes dinero al Gobierno
«La idea del IUS», comentó Acevedo Vilá, «se me ocurrió cuando escuché a Piti, mi dulce palomita de porcelana, charlar con sus amigas, y una de éstas parece que la notó un poco jincha y le recordó que el sol era gratis. Eso me puso a pensar: ¿por qué es que el sol es gratis? Es harto sabido que el sol es la estrella alrededor de la cual gira nuestro planeta y que da pie a la vida, y si lo piensan un poco, el Gobierno de Puerto Rico, y por ende yo, es la estrella alrededor de la cual gira nuestro terruño, y el que le da pie a la vida: sin mí esta isla sería una porquería. Ciertamente es un poco descabellado que durante todos estos años hayamos estado regalándole nuestro más preciado recurso a medio mundo como si fuéramos fleje de high después de par de cervecitas».
El Gobernador abundó diciendo que «ya está bueno de que vengan turistas jinchos papujos a asolearse en nuestras playas, cacheteándonos los rayos solares que le pertenecen al Pueblo™ (y bueno, por extensión, a mí). De ahora en adelante, si Mr. y Mrs. Ñémerson quieren venir aquí a broncearse (o, siendo realistas, a ponerse colora’os y pecosos), tendrán que depositar dinero en los solímetros que estaremos instalando en todas las playas y balnearios alrededor de la Isla. Ese dinero irá directamente a alimentar las arcas públicas (digo, el excedente luego de costear los gastos de mi defensa legal, claro está, que indudablemente es la preocupación número uno del Pueblo™)».
Los Ñémerson, cegándonos con su jinchera
Hablando sobre la implementación pragmática de este impuesto, y cómo podría el Gobierno controlar el servicio solar a aquéllos que no lo paguen, Acevedo Vilá reveló un croquis en el cual la Isla entera estaría cubierta con una cúpula metálica con pequeñas secciones movedizas que se pueden abrir para dejar pasar la luz del sol. La construcción de la cúpula costará unos exorbitantes 1.5 billones de dólares, razón por la cual el IUS, en sus inicios, será de diez dólares por minuto de uso solar para poder recuperar el costo de inversión a la mayor brevedad posible. Los ciudadanos pueden pagar un gasto estimado anual de uso solar a la hora de rendir planilla, o puede depositar dinero en los diversos solímetros que abarcarán la Isla entera, y los cuales le indicarán a la cúpula qué sección abrir y por cuánto tiempo. «¡Y como veamos más de una persona cogiendo sol en el mismo sitio, los vamos a arrestar por robo y evasión contributiva!», sentenció el Primer Mandatario, que de evasión contributiva sí que sabe.
Visión artística de cómo se vería Puerto Rico si tuviera una cúpula encima (y si fuera Manhattan)
Se espera que este nuevo impuesto impacte aún más el bolsillo de la ciudadanía, pero sobre todo el de aquellos puertorriqueños «pot’e leche» que tanto sol necesitan para dejar de ser objeto de burla entre sus amistades. «¡Al menos ya nadie podrá venirme con jodiendas de que ‘el sol es gratis’!», opinó Marichú Alférez, una ebúrnea dama cívica que suele carecer de bronceado alguno. «Total, así blanquita me veo más regia». Sin embargo, la persona que más impactada se verá por el IUS es la modelo/empresaria Maripily, quien solía pasar al menos ocho horas al día al sol con tal de mantener su bronceado estilo George Hamilton: «¿Y ahora cómo mantendré esta tez cobriza que cubre todas las cicatrices de mis múltiples cirugías plásticas y los stretch marks de cada vez que he engordado?», se quejó la pluscuambronceada modelo. «¡Yo no tengo chavos para poder pagar este nuevo impuesto y también poder costear mis intervenciones quirúrgicas venideras!» (lo cual sólo quiere decir que para recaudar fondos, Maripily tendrá que volver a pelar pa’bajo en otro calendario).
Maripily, luego de haber absorbido el 50% de los rayos solares que inciden sobre la Isla
Otros sectores de la ciudadanía, sin embargo, no se muestran consternados con la nueva imposición fiscal, dado que de todos modos no tienden a coger sol; en primer lugar están los muchachos góticos que rondan Plaza Las Américas asustando a los envejecientes con su aspecto patibulario y tez cadavérica. «Es mejor así», opinó encogiéndose de hombros Natalio Méndez (o «Nazreal Muerte», como se hace llamar entre su círculo de amigos góticos). «Antes tenía que gastar dinero en maquillaje blanco para verme jincho, y ahora simplemente tengo una mejor excusa para evitar el sol del todo y ahorrarme dinero». Igualmente apáticos se hallan los geeks de computadoras que no salen de los centros de cómputos de sus universidades sino hasta la noche, o que se la pasan todo el día metidos en su casa con sus videojuegos. Alex Altagracia, asiduo jugador de World of Warcraft, aseguró que de todos modos él no ha visto el sol «desde que antes que saliera la expansión de Burning Crusade: a mí después que me puedan traer pizza y Mountain Dew a mi cuarto, el Gobierno puede meterse el IUS por donde no le da el sol».
Este geek jincho ni recuerda cómo se siente el sol (y no le importa)
A pesar de estos posibles escollos, el Gobernador se mostró confiado de que su plan económico será exitoso: «Yo estoy tranquilo: con lo que nos va a tener que pagar Maripily nada más, dará para costear toda mi defensa legal… ¡y quizás hasta sobre algo para el erario público!».