Ciudad de Nueva York, Nueva York – En reconocimiento a la saliente administración del ex presidente George W. Bush, el comité de selección de los Premios Pulitzer de la Universidad de Columbia le ha otorgado a ésta el premio de «Mejor Obra de Ficción Política» en honor a los nombres desacertados que se ha inventado para describir sus mal logradas políticas de gobierno.
Celebrados anualmente en el auditorio de la Universidad de Columbia en Nueva York, los Premios Pulitzer honran los mejores ejemplos de periodismo, literatura, y música en los Estados Unidos. Aunque normalmente se celebran en abril, el comité de selección decidió hacer una excepción este año para hacer entrega del premio de una nueva categoría, titulada «Mejor Obra de Ficción Política», a la administración de George W. Bush. El Dr. Leroy Watson, quien presidió el comité, fue quien leyó la semblanza durante la entrega del premio, ante una concurrencia compuesta de algunos profesores de la universidad, dos o tres periodistas curiosos, y decenas de deambulantes guareciéndose del frío niuyorquino.
El Dr. Leroy Watson, fanático acérrimo de las obras de ficción de George W. Bush
«Son legión las razones por las cuales hemos escogido a la presidencia de George W. Bush para este premio», comenzó emocionado el Dr. Watson. «Por ejemplo, la ‘Operación Liberación Iraquí’, el nombre que se le dio a la Guerra de Irak, evoca la idea de que su misión fue liberar a los iraquíes, y si bien al principio quedaron liberados de Saddam Hussein, rápidamente quedaron sitiados bajo el dedo de la milicia estadounidense. Ahora la única ‘libertad’ que tienen los civiles iraquíes es la de ser vigilados y cotejados cada diez pies por soldados armados para poder moverse dentro de su propio país; claro está, también tienen la ‘libertad’ de ser confundidos con algún terrorista por algún soldado americano que no tuvo siquiera la cortesía de aprender el idioma del país que está invadiendo, y de que les entren a balazos equivocadamente. ¡El día que otro país intente darle tanta ‘libertad’ a los Estados Unidos, te aviso yo si no los van a jartar de bombazos hasta por ‘entro ‘el pelo!».
«¿Y qué tal de las ‘Técnicas de Interrogación Mejoradas‘, el nombre que se le otorgó a las técnicas de tortura empleadas contra los presuntos terroristas mantenidos en la base de Guantánamo sin el debido proceso de ley?», prosiguió el Dr. Watson. «Con el nombre que le dieron a esas técnicas, suena a que, sin hacerle daño a nadie, los interrogadores en Guantánamo están obteniendo enormes cantidades de información fidedigna de los prisioneros. Sin embargo, la realidad detrás del nombre ficticio es que están haciendo cosas como ‘waterboarding‘ (cuyo nombre evoca surfeo, y no simulacro de ahogo), por lo que toda la información extraída de los prisioneros no es admisible en un corte, y termina siendo al fin y al cabo tan confiable como las mentiras labiosas que dice un muchacho adolescente con tal de poder tirarse a su primera novia. Si es que te digo, ¡como la ficción de la administración de Bush, no hay nada!».
Un prisionero a punto de ser «interrogado mejoradamente»
«Y es que si sigo, no termino», explicó el Dr. Watson. «Nunca olvidaremos esa gema del ‘Acta Patriótica‘, que legalizaba entre otras cosas que el Gobierno violentara los derechos civiles de los ciudadanos que estuvieran bajo sospecha de ser terroristas, lo que es posiblemente la cosa más anti-patriótica que se podría concebir: Bush sabía que poniéndole un nombre más honesto, como el ‘Acta Te-Voy-A-Espiar’, éste nunca hubiera sido aprobado. Es por esto y tanto más que tuvimos que crear un premio justo para Bush y su administración, para reconocer esta gesta de obras de literatura que son los nombres de las políticas de sus ocho años de gobierno». A la hora de entregar el premio, Watson invitó a la tarima a Dana Perino, la última en lo que fue una ristra de Secretarios de Prensa bajo Bush, dado que el mismo ex Presidente no pudo personarse a la actividad por encontrarse demasiado ocupado «limpiando pastizales en mi rancho en Crawford, e importándome un carajo lo que suceda en el mundo exterior».
Dana Perino, haciendo la señal de: «¡Somos el número uno!»
«Me honra estar aquí con ustedes, finos catadores de la buena literatura», comenzó Perino, «para reconocer la intensa labor de tergiversación y ficcionalización de los hechos de los que yo misma fui muchas veces autora intelectual. Si alguna vez vieron alguna conferencia de prensa mía, saben que de sacármela de la manga yo sí sé, y que supe decorar mojones como si fueran de oro con la de embustes que nos teníamos que inventar para que el pueblo americano no invadiera la Casa Blanca con tridentes y antorchas. Me gustaría pensar que, aunque el propio Presidente me dejó a oscuras a drede sobre muchas de las decisiones que él tomó, supe inventarme tremendos paquetes para defender sus acciones. Recibo pues este premio en nombre de la administración del presidente Bush, y se lo dedico al nuevo Secretario de Prensa de Barack Obama, quien de aquí a cuatro u ocho años seguramente estará parado aquí mismito», declaró triunfal Perino, oronda de estar por primera vez rodeada de periodistas que no están tratando de agarrarla en pifia.