San Juan, Puerto Rico – Tras la confirmación de la jueza Sonia Sotomayor a la Corte Suprema de los Estados Unidos, muchos puertorriqueños han expresado su alivio de que dado que ahora «hay uno de nosotros trepa’o allá arriba», éstos podrán estar tranquilos de que Sotomayor usaría su influencia en las altas esferas judiciales para oider «sacarlos de cualquier aprieto legal».
Las vistas de la jueza Sotomayor duraron varios días, durante los cuales los republicanos conservadores trataron de tildar a la letrada de racista aferrándose desesperadamente a su célebre comentario: «Yo diría que una mujer sabia, con la riqueza de sus experiencias, llegaría a una mejor conclusión más a menudo que un hombre blanco que no ha vivido esa vida«. El senador republicano Lindsey Graham incluso tronó que «nosotros lo menos que necesitamos son ‘latinas sabias’ en el Gobierno: ¡las necesitamos serviles, y mientras más brutitas, mejor! ¿Qué tanto hay que saber, después de todo, para limpiar nuestras casas y cuidar de nuestros niños?». Sin embargo, a pesar de las objeciones de muchos conservadores a tener una mujer marrón repartiendo fuete a nivel federal, la magistrada fue confirmada a la Corte Suprema; esto causó que muchos boricuas se sintieran en la libertad de ir a exceso de velocidad y estacionarse donde les diera la gana, sabiendo que tienen a una jueza de su parte para perdonarles cualquier infracción.
Sonia Sotomayor, la que nos defenderá el día que algún tubérculo comestible del género Dioscorea nos demande por mancillar su imagen
«¡Al fin tenemos a alguien marroncito allá arriba!», exclamó jubiloso Teófilo «Teco» Sandoval, un atorrante riopedrense que ha tenido varios encontronazos con la ley. «Yo antes andaba caga’o de que me fueran a arrestar y echarme de nuevo en la cárcel por andar pa’rriba y pa’bajo con varios kilos de cocaína encima, o por estar por ahí asaltando a gente en el Paseo de Diego… ¡pero ya no! Si alguna vez volviera a ser enjuiciado, simplemente me pondría una boinita con la monoestrellada y una camiseta de Albizu con el diente por fuera, y le tiraría una guiñadita de complicidad a Sonia para que ella supiese que soy de los suyos y me desestimase el caso. O sea, ella está en el Tribunal Supremo, y eso es mucho más que tener pala: ¡eso es tener una grúa industrial de ésas en las que Tito Kayak se la pasa encarama’o!».
La pala de tener a Sotomayor en el Supremo es de la magnitud de esta grúa en la cual Tito Kayak se trepó para protestar quién sabe qué
Por su parte, la jueza Sotomayor, quien en un discurso en el 2001 se auto-describió como una «Newyorkrican» y como una «born and bred New Yorker of Puerto Rican-born parents«, negó tener tal influencia, y aseguró que no la usaría aunque la tuviese: «Mi gente, lo siento: yo llevo meses tratando de que estos hombres blancos racistas no me vean como una jueza activista cegada por mi herencia cultural, y lo menos que debería hacer ahora es ponerme a sacar de la cárcel a cuanto primo lejano aparezca ahora de la nada. Sin embargo», añadió Sotomayor con una sonrisa zalamera, «¡ya me confirmaron a una plaza vitalicia, así que esos republicanos comemierdas se pueden ir al mismísimo infierno!». Acto seguido, la jueza publicó un número telefónico libre de costo, y prometió «bregarle el caso, literalmente» a todo aquél que se comunique con ella que sea «suficientemente boricua» (en una escala que va desde «J-Lo» hasta «El Boricuazo»).
El máximo absoluto e inalcanzable de la puertorriqueñidad