El Dr. Grajo, el simpático hombre símbolo del desodorante Odorono, se disculpó ante «todas las personas que, luego de par de días de falt’e baño, se han dado cuenta que usar Odorono no fue suficiente para evitar apestar a vendedor de carros usados. Ya aprendimos para la próxima que, para probar nuestro producto en condiciones extremas, tenemos que utilizar sujetos de prueba en una isla tropical durante una escasez de agua», confesó el Dr. Grajo tapándose la nariz ante la concurrencia.
Las personas que otrora habían puesto su confianza en la garantía de respuesta de Odorono se han llevado un tremendo chasco gracias a la falta de agua. Una frecuente usuaria del transporte público en la Isla comentó: «Viajar en pisicorre siempre ha sido una expedición aromática para degustar ‘Los Olores de Mi Tierra’, pero ahora que todo el mundo lo que está dándose es un baño de gato con un trapito, no hay Odorono que valga… ¡digo, y ésa es la gente que al menos se pone desodorante!».
Por el momento, el Dr. Grajo le pide paciencia a los usuarios regulares de su producto, instándoles a que por el momento utilicen medios alternos para mantener el «hedor a chivo» al mínimo posible, sugiriendo el uso generoso de Alcoholado 70, Nenuco o Jean Naté.