«Los enemigos de la patria deben saber que nosotros no escatimaremos esfuerzo alguno con tal de lograr un proyecto que incluya la opción que nuestro pueblo ha escogido por más de 50 años», aseguró enfáticamente Ferrer en obvia referencia a la opción de alquilarnos baratito en lugar de vendernos caro. «Los enemigos del E.L.A. pensaron que no daríamos la pelea, pero se equivocaron: ¡los estadolibristas estamos de pie, combatientes, y con la fuerza moral que nos proveen décadas de análisis cantinflescos para definir opciones de estatus que nadie fuera de nuestro comité central podría entender sobrio!», enfatizó Ferrer, demostrando una vez más que la fuerza moral de los líderes políticos del país es inversamente proporcional a su fuerza de cara.
Fuentes con acceso al documento revelaron que bajo la nueva configuración del proceso plebiscitario, la pregunta específica en la primera ronda sería: «¿Quiere mantener el estatus político actual?», mientras que en la segunda ronda sería: «¿Estás SEGURO de que no quieres mantener el estatus político actual?». De acuerdo a la fuente, durante la tercera ronda el elector deberá responder si «está SEGURO, SEGURO, SEGURO» de que no desea mantener el estatus político actual. Se espera que las 399 rondas de votación culminen en aproximadamente 134 años, tras los cuales nadie recordará la próxima pregunta que tenían que contestar.
Por su parte, el Comisionado Residente Pedro Pierluisi aseguró que el Partido Nuevo Progresista ya cuenta con planes alternos para contrarrestar la hábil movida de los estadolibristas: «Esta vil manipulación del proceso democrático por parte de los populares no nos preocupa en lo absoluto», aseguró Pierluisi. «De hecho, ya tenemos varias opciones para contrarrestar esta medida. Por ejemplo, podemos pataletear, lloriquear o mi favorita personal, pataletear Y lloriquear. ¡Tenemos muchísimas opciones!», aseguró con la convicción de quien sabe que el proceso de venderse como lechón de a peso es duro, pero alguien tiene que hacerlo.
Al cierre de esta edición fue imposible corroborar insistentes rumores de que el PNP propulsaría un plebiscito criollo el año entrante, lo que despejaría cualquier duda sobre el inquebrantable compromiso de la colectividad con moverse decididamente a ninguna parte.