El Senador primero se jactó de su lujoso automóvil en un programa radial, asegurando que alguien se lo había regalado por «ser tan buenagente» (aunque muchos piensan que ni el pan es tan buenagente como para regalarle un Bentley). Soto rehusó revelar quién se lo había regalado, dizque porque el individuo le había pedido que lo dejara en el anonimato, demostrando al menos que si bien El Chuchin se pasa por las nolas las reglas de ética legislativa, al menos considera sagrado lo que promete con un «pinky-swear«.
Sin embargo, al correrse la noticia y llamar la atención del Presidente del Senado Thomas Rivera Schatz e incluso del gobernador Luis Fortuño, se le hizo claro a Soto que debía finalmente aclarar la procedencia de su vehículo. «Ok, bueno, creo que ya es hora de dejarme de secretitos», explicó. «Es sencillo: yo me saqué el Benli en una caja de Frosted Fleis, así que el que me lo regaló fue Tony el Tigre. Él me hizo jurar que no se lo diría a nadie, porque si los nenes se llegasen a enterar que en las cajas de Frosted Fleis no solo hay juguetitos chipitones estilo Suárez Toy House, sino también carros de lujo, los nenes sí que vaciarían la caja completa en búsqueda del regalo, en vez de comerse el cereal como Dios manda. Además, cuando un enorme tigre antropomórfico te pide que le guardes un secreto, ¡se lo guardas!».
Se desconoce aún si el Comité de Ética del Senado tomará por buena la explicación de Soto, pero lo cierto es que los supermercados de la Isla han comenzado a llenar sus góndolas del cereal Frosted Flakes, «por si las moscas».