A pesar de que nadie sabe a ciencia cierta por qué en las tempranas horas del día los muertos volvieron a cobrar vida y comenzaron a merodear el mundo buscando carne humana y cerebros para devorar, lo cierto es que en muchos países han diezmado la población local. Afortunadamente para Puerto Rico, la valiente y rotunda presidenta de la Cámara de Representantes, Jenniffer González, se sacrificó ante las huestes zombis ofreciendo su vida y su cuerpo cual chivo expiatorio — ¡asumiendo que un chivo diera para alimentar a miles de muertos vivientes y que sobrara un poquito para mañana, claro está!
Fuentes cuentan que vieron con horror cómo una turba de zombis se acercaba truculentamente al recién abierto Krispy Kreme de Ponce, quizás atraída por la aglomeración de gente novelera haciendo fila para comerse una trapo de dona llena de aire, o quizás atraída por la deliciosa mezcla de olor a azúcar y a manteca vieja. Lo cierto es que la presidenta cameral estaba en la fila, y en vez de huir despavoridamente de los espeluznantes engendros, testigos la vieron hacerles frente y gritarles: «¡Cómanme a mí si quieren, entes infernales, pero a Krispy Kreme me lo dejan quieto!».
Personas con estómagos férreos que se quedaron para observar los acontecimientos cuentan cómo los no-vivientes llevan todo el día merendándose a González, y que lucen «más llenos que un sapo ‘e letrina», poco a poco «tirándose al piso para tomarse una siestecita y pasar la jartera». Esto ha permitido que vecinos valientes hayan podido acercársele a los monstruos durmientes y darles muerte, acabando así paulatinamente con la invasión zombi en la Isla y simultáneamente salvando todo el contenido donístico de la aclamada repostería.
Por su parte, la Legislatura, quien más temprano en el día sobreviviera el ataque de los muertos vivientes en búsqueda de cerebros, realizó una sesión extraordinaria para aprobar una resolución que reconociera el sacrificio jenniffergonzalístico, y otra para aumentarse el salario y las dietas — hecho que demuestra que, en efecto, todo ha vuelto a la normalidad en Puerto Rico.