San Juan, Puerto Rico – El Secretario del Departamento de Educación, Jesús Rivera Sánchez, causó furor entre la ciudadanía al admitir en una entrevista que mantiene a sus hijos en escuela privada porque quiere «la mejor educación» para ellos. Para evitar que le vuelvan a caer chinches, sin embargo, el funcionario juró que no volverá a decir la verdad mientras ocupe su puesto.
Las declaraciones se dieron durante una entrevista con el reportero Julio Rivera Saniel cuando este le inquirió el Secretario del Departamento de Educación Pública por qué mantenía a sus hijos en colegios privados. El funcionario, en un derroche de honestidad nunca antes visto en un miembro de esta Administración, admitió libremente que los mantenía ahí porque quería «la mejor educación» para sus hijos, y que el DE tenía aún «mucho que lograr» para poder mejorar la enseñanza en el país. Desafortunadamente la entrevista concluyó antes que el periodista aprovechara la aparente incapacidad de mentir de Rivera Sánchez para preguntarle la contraseña de su cuenta de Google, el pin de su ATH y si de verdad el gobernador Fortuño se parece tanto a Milhouse en persona.
«Creo que tendré que hacer como El Chuchin y quedarme calladito para verme más bonito, o simplemente dejar de decir la verdad en futuras entrevistas, como todo buen político», opinó el Secretario. «Esto de decir las cosas raspa’ítas aunque la realidad apeste solo logra que me caigan chinches encima. O sea, ¿qué persona que vive en Puerto Rico no diría que la educación pública está rezagada comparada con la privada? ¿Quién no le pagaría a su hijo una educación privada si pudiese costearlo? Las cosas son como son no importa qué diga yo — ¿o es que si yo hubiese dicho que la educación pública es la última Pepsi del desierto, eso lo hubiera hecho cierto?», preguntó Rivera Sánchez, haciendo que nos dieran ganas de tomar Pepsi.
«En realidad lo que más me molesta es el síndrome de ‘Palo si bogas, palo si no bogas’ que existe en Puerto Rico», explicó. «Si me preguntan si la educación privada es mejor que la pública y digo que sí, me tildan de hipócrita por loar el sistema público en anuncios gubernamentales a la vez que lo rechazo a nivel personal. Pero si por otro lado miento y digo que la educación pública es mejor que la privada, me acusan de estar enajenado de la realidad y de desconocer las vicisitudes del sistema público. En realidad me parece que lo mejor es hacer como mis compañeros en las distintas agencias del país y mentir a to’ fuete, cayéndome de culo que todo está color de rosa», concluyó el Secretario. «¡Al menos la gente está acostumbrada a escuchar mentiras de sus funcionarios gubernamentales!».