«Sabemos que no podemos justificar cobrarle a alguien más de $100 en nuestra factura por costos de combustible», explicó Miguel Cordero, el aún jefe de la AEE, «porque nadie nos podría creer que gastemos tanto dinero en eso. ¿Cómo puede ser que de un mes a otro la gasolina haya causado que la cuenta de luz subiese tanto? ¡Eso no nos lo creemos ni nosotros mismos! Ahora bien, si admitimos que ese dinero es para mitigar gastos en corrupción y bota’era de chavos miscelánea, ¡sin duda eso nadie tendría problemas en creérnoslo!».
En efecto, muchos de los abonados entrevistados admitieron que encuentran «sumamente refrescante» el hecho que su factura mensual ahora contenga un desglose del dinero que el Gobierno perdió a causa de corrupción: «Todos sabemos que en el Gobierno está el ladrón que hace orilla, y es de esperarse que entre pagarle sobornos a Fulano y concederle bonos exorbitantes e inmerecidos a Mengano, se va a ir una millonada del dinero del Pueblo… ¡y eso es sin hablar de los chavos que Zutano se roba por el la’íto!».
«Queremos aclarar que el ajuste de corrupción no solo comprende el dinero que se pierde por culpa de las ineficiencias gubernamentales», acotó rápidamente Cordero, «sino también los chavos botados a causa de la ciudadanía en sí. Primero están los que viven en residenciales y tienen esos apartamentos encendí’os como fiestas patronales, gastando luz como si no la tuvieran que pagar… ¡bueno, porque en efecto no la tienen que pagar! Y no podemos olvidarnos tampoco del jaiba que instala pillos de luz en los postes para que su consumo no se lo cobren a él. El hecho de que ese tipo de corrupción quede del lado del Pueblo no quiere decir que nosotros dejemos de cobrarla. Digo, ‘nosotros’ es mucha gente, ¿vite?, porque yo voy de salida. Catch you on the flip side, bitches!«, exclamó Cordero, apagando por última vez las luces de su oficina para disfrutar de una vida fuera de la administración de Fortuño.
No se ha descartado que otras agencias de Gobierno incluyan en sus facturas un desglose del dinero que estas pierden por causa de empleados fantasmas, batatas políticas y vagancia laboral generalizada. Sin embargo, muchos creen que tanta transparencia fiscal sería demasiado para un Pueblo que está acostumbrado a que sus gobernantes le mientan y lo cojan de penzuaco: «Háganlo poco a poco, plis; ¡tanta honestidad así de zopetón seguramente hará que nos dé un yeyo!».