La encuesta reveló que entre los que favorecieron la estadidad para Puerto Rico, el 76% preferiría hacerlo como estado federado de la nación norteamericana, mientras que un 89% expresó que de no ser posible ser estado, aceptaría convertirse en un condado de Florida para poder ir a Disney sin que lo miren como si fuese mexicano indocumentado. Un 86% de los consultados manifestó estar conforme con la estrategia económica actual de pegarse a los gringos como sanguijuela hambrienta, mientras que el 100% expresó estar dispuesto a tomar clases de inglés para aprender a pronunciar vocablos importantes de ese idioma, como: «WIC», «food stamp» y «carjacking«.
«Estos resultados confirman lo que venimos diciendo desde 1898: la verdadera patria nuestra es Niu Yol», manifestó entusiasmado el ciudadano Ricardo «Ricky» Rivera Pierluisi, totalmente bilingüe residente de San Lorenzo y orgulloso creyente de la estadidad para la Isla. «Es la reivindicación por el sacrificio de nuestros próceres que, ante todo ataque vicioso en nuestra contra, se mantuvo firme en el ideal», sostuvo emocionado Rivera Pierluisi, sin aclarar si se refería al sacrificio de tener que cambiar personalmente sus cupones de alimento o al de exigir que el gobierno federal regale sus fondos a Puerto Rico en igualdad de condiciones. «Como quiera que sea, para todos esos barbú’s revoltosos que quieren que comamos ensaladas de grama y sángüiches de piedras votando por la independencia: Dis is YU ES SEI! Suck it, bitchaz!«, concluyó el ciudadano en inglés sanlorenceño, demostrando una vez más que la estadidad está a la vuelta de la esquina.
La preparación de esta encuesta fue un histórico esfuerzo conjunto entre la Universidad de Suffolk, que estuvo a cargo del diseño de la encuesta como tal, y la Universidad del Turabo, sobre quien recayó asegurar su confiabilidad escogiendo dos terceras partes de los encuestados cerca de los comités del Partido Nuevo Progresista en Bayamón y Guaynabo. Oficiales de ambas instituciones aseguraron que tomaron todas las medidas necesarias para no reírse descontroladamente del minúsculo tamaño de la muestra seleccionada. Fuentes cercanas al movimiento anexionista en la Isla confirmaron que estos resultados no impiden que grupos estadoístas continúen con planes alternos de venderse a China si la situación económica de Estados Unidos continúa en deterioro a largo plazo.
Al cierre de esta edición había sido imposible obtener la reacción de grupos favorecedores de la independencia para Puerto Rico porque aparentemente se extinguieron hace décadas. Fuentes confirmaron que, de existir tales grupos de izquierda, su nuevo grito de guerra sería: «¡Coño, boricua, no despiertes na’!».