«Todos nuestros oficiales estarán rondando las calles armados con Detectores de Pendejos® (DPs®), que podrán revelar preventivamente cuando algún montuno energúmeno con dos de’os de frente esté pensando disparar al aire», explicó el superintendente de la uniformada, James Tuller Cintrón. «No queremos que se repita lo de siempre: el gobierno hace una petición encarecida a la ciudadanía de no detonar armas al aire para evitar desgracias, y a pesar de eso siempre aparece una horda de malparidos irresponsables que disparan de todos modos y muere algún inocente. Todos los años es la misma vaina… ¡o bueno, al menos eso me cuentan, porque yo aquí no llevo ni dos meses!», aclaró Tuller Cintrón haciendo honor a la verdad.
Los DPs® representan la más avanzada tecnología anticrimen disponible en el mercado, utilizando complicados algoritmos telepático-precognoscitivos para «identificar, analizar y catalogar un sinnúmero de barrabasadas, gilipolleces o mamarrachadas que se le puedan ocurrir a cualquier sujeto en un radio de cien metros». Sin embargo, dada la francamente embarazosa cantidad de barrabasadas, gilipolleces y mamarrachadas que se le ocurren a miles de boricuas a través del día, el aparato ha sido afinado para concentrarse en detectar solamente «la idea de tomar un arma, apuntarla al aire así porque sí, y dispararla a wipipío en contra de toda lógica y sin considerar las consecuencias ulteriores». «Esperamos que con este nuevo equipo nuestros agentes puedan identificar a estos eventuales malhechores y detenerlos antes de que disparen», se expresó el superintendente Tuller, «así sea el arma que estén a punto de usar solamente una Super Soaker CPS 4100».
Los técnicos policiacos que ajustaron el equipo inicialmente quisieron que este fuera capaz de detectar cualquier intención criminal o pendejitud en la ciudadanía, pero esos parámetros tan amplios sobrecargaron los circuitos del aparato en las pruebas realizadas en Bayamón, Carolina, y cerca del Capitolio.