«¿Pensaban que habíamos acabado de clavarnos a la clase trabajadora en Puerto Rico?», preguntó el gobernador Ricky Rosselló con una sonrisa sardónica. «¡Pues no! Aquí tienen otra más, para que se la chupen en la que les mondamos la otra: no solamente tendrán menos días de vacaciones, sino que cada semana tendrá ahora otro día laboral, para que sigan partiéndose el lomo aportando aún más valor al erario y pagando los jugosísimos salarios de los altos funcionarios de gobierno. Dicen que ‘la última la paga el Diablo’, ¡pero vemos que en Puerto Rico quien la paga es más bien la clase trabajadora!».
El nuevo día laboral, según el proyecto de ley, se conocerá como «rosselles», y se acomodará después del viernes. «Quiero que la frase ‘viernes social’ se convierta en ‘rosselles social’, y que la gente se la pase toda la semana loca porque llegue el rosselles», aseguró el homónimo gobernador, quien pícaramente rehusó confirmar si el nombre del nuevo día es en honor a él o a su padre. «La adición de este día –¡aparte de ser el foquetazo final al trabajador boricua que seguramente conseguirá que muchos de mis correligionarios me den un foquetazo a mí en las próximas elecciones!– tiene el efecto secundario de eliminar el concepto del hump day: ¡ahora la semana de trabajo no tendrá un día en el mismo medio al cual mentarle la madre! ¡De nada, obreros boricuas!».
Thomas Rivera Schatz, autor de la medida, rechazó las quejas de los puertorriqueños que indicaron que, si iban a agregar otro día a la semana y así desbarajustar el calendario gregoriano, que lo menos que podían hacer era añadírselo al fin de semana. «¿Para qué quienes más güikén ustedes? ¿Ya no vaguean lo suficiente?», cuestionó el senador, quien se encuentra en medio de las vacaciones de semana y media que la Legislatura se adjudicó a sí misma por motivo de Semana Santa. «La idea de aumentar la jornada laboral por un día es lo que en la metrópoli se conoce como un win-win: el primer win es para Puerto Rico –porque sus trabajadores generarán más ganancias para la empresa privada y, por ende, a los inver$ioni$taS; y el segundo win es porque como senador, no tengo que aplicarme el cuento. ¡Zánganos ustedes que siguen siendo ‘trabajadores’, en vez de meterse a ‘legisladores’!».