«Nosotros nos enteramos en Facebook de la fiesta esa en la discoteca Q que estaba siendo mercadeada a menores de edad«, explicó Figueroa Sancha, «y eso fue un palo porque llegamos allá e hicimos nuestra redada sin tener que pasar trabajo investigando nada. O sea, a algún bobalicón se le ocurrió que era una buena idea hacer un anuncio público en Facebook sobre una actividad donde se le iba a vender alcohol a menores de edad — ¡esa es la definición de un bombito al pícher! Esto nos hizo llegar a la conclusión que la Policía no debería malgastar más tiempo haciendo pesquisas — ¡si basta con ser un metiche en Facebook para agarrar a malhechores con las manos en la masa!».
Esta decisión también le permite al Superintendente hacer recortes presupuestarios en las distintas comandancias alrededor de la Isla. Ahora, en vez de tener detectives que realicen investigaciones y entrevisten sospechosos, la Uniformada contará con personal no adiestrado cuyo único trabajo, según Figueroa Sancha, será «pasársela todo el santo día en Facebook enviándole friend requests a Reymundo y to’ el mundo y chequeando su wall para ver qué se traman todas sus ‘amistades’. En cuanto manguen a alguien en alguna movida bochornosa (ya sea estúpidamente admitiendo haber cometido un crimen o aún más estúpidamente anunciando que lo harán), despacharán a oficiales cuyo trabajo será simplemente llegar al lugar y ponerle las esposas a quien le toque — ¡y ya!». Este nuevo modus operandi de la Uniformada es, según muchos, «tan sencillo que ni siquiera la Policía de Puerto Rico lo podría echar a perder».
El único entrenamiento que le dará el cuerpo castrense a los miembros del nuevo pelotón de «Detectives Internáuticos» será cómo abrir una cuenta en Facebook y cómo engatusar a ciudadanos para que los añadan a su círculo de amistades. Para adelantar este propósito, la Policía le proveerá a sus nuevos «investigadores» un sinnúmero de fotos de jóvenes atractivos para usar en su perfil y así poder atraer «desde chamaquitos potencialmente tecatos hasta viejos potencialmente verdes». También se les suministrará una lista de palabras claves que deberán monitorear en los perfiles de sus «amistades», como por ejemplo: «drogas», «alcohol», «asalto», «policía», «independentista» y «Flojuño». «No se les escapará nada», prometió Figueroa Sancha, refiriéndose a su nuevo grupo de cadetes virtuales. «¡Ni tiradores de drogas ni fupista barbú’s y revoltosos!».
El Superintendente vaticinó que su nuevo método de atacar el problema del crimen será un éxito: «Por un lado podremos reducir el número de agentes policiacos en nómina, y por otro lado los que queden no tendrán que exponerse a calores y malosratos en la calle investigando casos. ¡Dejaremos que el crimen venga a nosotros! Ah, y en un tema completamente no relacionado, si reciben una petición de amistad en Facebook de una mamizonga llamada ‘Zuleyka’, acéptenla, que esa muchachita es tremendo ser humano», aseguró con vehemencia.
En respuesta a la propuesta policaca, los criminales del país indicaron que jamás usarán Facebook para hablar de sus actividades delictivas, sino que solamente las discutirán en MySpace, «donde no se enterará la Policía… ¡ni nadie más, porque eso está más vacío que una fiesta cuando se acaba el ron!».