La excusa monga de Rivera Schatz sirvió para intentar explicar cómo llegó a sus manos un documento confidencial de la FBI el cual contenía una entrevista con el exsenador convertido en chotorro profesional Jorge De Castro Font. El presidente senatorial pretendía que su justificación gulemba sirviese para evitar que lo obligaran a comparecer en una corte federal, bajo la teoría de que si el documento se lo dejó un Fulano desconocido en el cristal del carro, él no tendría nada más que aportar. Desgraciadamente, el pretexto deliciosamente totón fue adoptado por otros para engañar la justicia, entre estos Piculín Ortiz con su hortaliza casera de estupefacientes.
«Yo no cultivé ninguna de esas matas de marihuana que los Federicos encontraron en mi finca», aseguró Piculín. «Fue que un día me desperté y vi que algún graciosito las había puesto todas en el cristal de mi pick-up, y obviamente no las iba a dejar morir a las pobrecitas, así que las puse en la tierra y ellas se prendieron solitas. En este país está el títere que hace orilla, y ustedes saben que uno no puede ir ni de aquí a la esquina sin que algún graciosito te ponga en el cristal del carro afiches promocionales, cupones de descuento, o 218 matas de marihuana».
Antes de que le recriminaran el hallazgo de 40 municiones para rifles AR-15 que también fueron confiscadas en su propiedad, Piculín fue raudo en declarar que igualmente las encontró en el cristal del carro: «Si te digo, es que ese windshield mío parecía una paila de descuentos de Pitusa, con un revolú de cosas to’as tirá’s unas encima de las otras: que si matas de marihuana, municiones de rifles AR-15, y hasta unas bolsitas de perico». Al indicarle que los agentes federales no habían encontrado cocaína durante el allanamiento, Piculín se corrigió: «¿Dije perico? ¡Perdón, quise decir cupones de descuento para Sizzler!».