La vergüenza de tener un padre corrupto no evitó que Andrea «My Eyes Are Up Here» De Castro Rodríguez grabara y difundiera un video que demuestra exactamente qué tipo de apartamento se puede conseguir con fondos malversados. La grabación de la pechugona joven pretende que el público aprenda no solo dónde y cómo vive ella, sino también cuán difícil ha sido su vida. Sin embargo, muchos creen que el mensaje más contundente del video es que ella existe, porque se estima que el 99.9% de los puertorriqueños no tenían previamente la más ínfima idea de quién era ella.
El exsenador Jorge De Castro Font está actualmente sirviendo una condena de cinco años de prisión por corrupción gubernamental, fraude y «general assholiness«. Sin embargo, esto no ha evitado que él esté en comunicación «24/7» con su hija (según aseguró ella misma en su video), y por ende está al tanto de cuán popular ha sido el proyecto filmográfico de ella. «Si Andrea puede lanzarse al estrellato cibernético con un tour de su apartamentito de guaynabicha mimada», razonó el confinado, «más podré hacerlo yo grabando mis vicisitudes en la cárcel. A ver, ¿a quién no le gustaría ver con sus propios ojos cómo estoy pasando las de Caín aquí en mi celda?», preguntó con lógica incuestionable.
El video muestra al confinado, luciendo flaco y demacrado en su mameluco gris, señalando los diferentes puntos de interés de su encarcelamiento. «Aquí duermo yo», comenzó, apuntando a un catre tan estrecho que apenas cabe su propio ego. «No es cómodo y apesta a mea’o, pero el piso es más incómodo aún y también apesta a mea’o, así que peor es na'». La segunda parada en el jail cell tour fue una esquina de la celda: «Este es mi comfort zone: aquí es donde yo me siento a pensar, a reflexionar sobre la vida y a huirle a las moscas del inodoro». Finalmente, el confinado cerró el video con una toma de la bombilla que cuelga del techo: «Ese es el cable del cual he tratado de colgarme infructuosamente ya como dos veces», confesó apesadumbradamente. «¡Pero dicen que a la tercera va la vencida!».
Aunque ciertamente hay mucha audiencia que se verá atraída por el morbo de ver cómo el exlegislador las está pasando negras en la prisión luego de jurar y perjurar que era inocente, se estima que su video nunca obtendrá tanta popularidad como el de su hija porque, según uno de los cibervidentes, «ella tiene algo que él no tiene… bueno, ¡más bien dos cosas que él no tiene!».