«Claramente no me gasté ese fracatán de chavos en estilismo simplemente haciéndome peinaditos trililí en la marquesina de una vecina o comprando maquillaje marca caravelita en Pitusa», explicó Lucé Vela ante el escándalo. «La razón por la cual he sabido gastar lo que representa el sueldo anual de muchos puertorriqueños en cuestión de seis meses es sencilla: ¡Mirta de Perales me visita de ultratumba para manejar mis cabellos!». La Primera Dama aclaró que los fufús y sahumerios necesarios para materializar a la ajada estilista cubana no salen baratos, «porque esas madamas loiceñas cobran un ojo de la cara para realizar sus embrujos… ¡a veces literalmente!».
«Ah, ya entiendo por qué le salió tan cara la maroma a la Fers Leidi, entonces», declaró con un suspiro de alivio Doña Margarita Nogales. «Ya decía yo, porque yo voy al biuti cada dos semanas para que me pasen blógüel y me pongan de lo más pipirisnáis, y jamás y nunca he pagado tanto. ¡Claro está, si pudiera usar la magia negra para poder materializar a Mirta de Perales y que ella dome esa grifería que tengo en la chola, pagaría lo que fuera necesario!».
Por su parte, el espectro incorpóreo de Mirta de Perales opinó que prefiere que la dejen en paz: «Po’ ttu bbida, yo pensaba que mi’ ddía’ de aplicá’ el Tratamiento de Placenta de Vaca Mirta’s a lo’ cabello’ para suabissalhlo’ y dejalhlo’ luttroso’ ya se habían temminado. ¡Alabado, déjenme regresá’ al Ma’ Allá tranquila, que yo estaba a punto de podé’ finammente arreglalhle lo’ cabello’ a Celia Cruz!».