Los primeros comentarios del Gobernador se dieron a raíz de que un hombre diáfanamente culpable de asesinato en primer grado fuera condenado a solo 25 años de cárcel (en vez de 99) por un error de Fiscalía en el pliego acusatorio. «Esa juececita pusilánime debió haberse dejado de ñeñeñés y debió haberse pasado la ley por las nolas a la hora de fijar sentencia», opinó enfáticamente Fortuño, quien, a pesar de estas declaraciones, estudió Derecho. «¿De cuándo acá es el caso que la Rama Legislativa escribe las leyes, la Judicial las aplica, y la Ejecutiva las enfuerza? ¡Al menos mi Rama Ejecutiva enfuerza las leyes como le da la gana!».
Habiendo doctamente explicado su interpretación del proceso judicial, Fortuño añadió que la Rama Judicial no es el único organismo gubernamental con «un objetivo fijo pero procedimientos maleables». El Gobernador aseguró que por ejemplo, bajo su administración la Comisión Estatal de Elecciones no se regirá ciegamente por reglamentos, ni se limitará a «seguir la ley», si esto interfiere con su misión primordial, que es «que el Partido Nuevo Progresista le coma los dulces al PPD y a todos esos otros partiduchos minoritarios que se la pasan chupando del fondo público». Según el Primer Ejecutivo, «de nada sirve acatar estrictos procedimientos institucionales si estos nos llevan a resultados injustos e inconcebibles, como que otro partido que no sea el PNP gane la mayoría de los escaños».
«El proceso de las elecciones trasciende simplemente ‘acatar la voz del Pueblo'», explicó Fortuño, «y el escrutinio de los votos va más allá de meramente contarlos, tabularlos, y usarlos para determinar aritmética y desapasionadamente qué candidato resultó victorioso en qué contienda. Ese proceso mecánico nada aporta si logra desbancar candidatos perfectamente estadistas, máxime si esto logra que el PNP pierda su mayoría en ambas cámaras de la Legislatura. O sea, ¡habrase visto!», exclamó el Gobernador con una risa seca. «¿El PNP perder escaños luego de unas elecciones, en vez de ganar más? ¿Qué sentido tiene eso?».
Al preguntarle a Fortuño si su visión sobre el objetivo de la CEE se extiende a la contienda por la gobernación, imposibilitando así que él pueda perder su puesto en las próximas elecciones, este respondió: «¿Yo, ‘perder mi puesto’? Lo siento, ¡pero ni siquiera entiendo esa pregunta!».