La carta de la Casa Blanca dejó claro que Obama no expresó ningún apoyo particular a la candidatura de Alejandro García Padilla cuando este le dijo «I look forward to working with you» durante el recibimiento protocolario en Florida. A pesar del vergonzoso amansaguapo epistolar, sin embargo, el candidato popular desmintió el desmentimiento del Presidente: «¡Claro que Barack sabe quién yo soy! ¿Cuánta gente tú crees que le ha comprado a Barry un medianoche en Kasalta? Además, ¿quién podría olvidar estos ojitos verdes y esta sonrisita angelical?». Al recordarle que en efecto fue el Presidente quien le pagó su almuerzo, García Padilla replicó: «¿Ven? ¿Ustedes creen que B-Dog invitaría a almorzar a cualquier Juan de los Parlotes? Digo, ¡a cualquier Juan de los Parlotes que no le haya donado un fracatán de chavos a su campaña!».
Para dar por terminada esta controversia, fuentes dentro de la Casa Blanca aseguraron que Obama en general ni siquera sabe distinguir un puertorriqueño de otro. Como evidencia, ofrecieron esta transcripción de una llamada telefónica del Presidente con un asistente, en preparación para su visita a la Florida: «Ok, ayúdame a recordar quién es quién en la delegación puertorriqueña, porque to’s se me parecen. ¿Cómo era el nombre del gobernador de ellos, el que es tan riquitillo que hasta su apellido se parece a ‘fortune‘? ¿Cómo es? Deletréamelo, a ver: F… O… R… T… U… ¿Qué? ¿Una ene con un palito por encima? ¿Qué carajo es eso? Ay, olvídate, si ese ni siquiera va a estar ahí. ¿Podemos pedirle a quienes sí van a estar ahí que se pongan un sellito de ‘Hello, My Name Is‘, para que yo pueda fingir que sé cuál es cuál?».
La transcripción continúa: «¿Y va a estar en Florida el don aquel que tiene aire de agente de la Gestapo, cómo era que se llamaba? ¿Tomás Rivera? ¡Pero si así se llama el que nos hace el patio! No, el apellido del don que yo me refiero sonaba como que medio alemán. Ah, ¿es que es ‘Rivera Schatz‘? Pérate, ¿como que tiene dos apellidos? Ja ja, ¿qué, la mai no estaba segura quién era el padre y le puso el apellido de los dos posibles candidatos? Ah, veo… es porque todos los puertorriqueños tienen dos apellidos. Ay, ¡bendito sea Dios! Como si no fuera suficiente que to’s estos boricuas tienen la misma pinta: ¿ahora resulta que también tienen tres o más nombres que tengo que memorizarme ? Olvídate, ¡yo mejor saludo a cada uno diciéndole algo genérico e irrelevante como ‘I look forward to working with you‘ aunque no recuerde quién demonios sea, y así me evito problemas!».