«Eder Ortiz me agredió con su pipa de cervercero malo», aseveró Edwin Mundo luego del altercado. «En medio del fostró que se formó esta mañana, Ortiz se interpuso entre este servidor y Alejandro García Padilla y me empujó con su abultado abdomen de manera violenta. Ah, y hablando de Agapito, cuando me estrechó la mano, me apretó demasiado fuerte, como le hacía King Cabra a Vitín. Es evidente que panzas así de contumaces y canda’os rompehueso como el de García Padilla son comparables a armas letales y por ende deben ser reguladas por el Gobierno (aunque seguramente podremos hacer excepciones para algunas féminas amantes de Krispy Kreme que permanecerán en el anonimato)».
Ya Thomas Rivera Schatz, Presidente del Senado, comenzó a redactar un proyecto de ley que prohibirá «salir a la calle con más de veinte (20) libras de exceso abdominal sin haber gestionado debidamente un permiso de portación de armas lípidas». Igualmente la ley exigirá que «cualquier persona cuyo apretón de manos exceda por 1 PSI el de un hombre promedio y/o que pueda abrir avellanas sin un cascanueces, deberá igualmente registrar su mano como un arma blanca». «El Gobierno tiene que proteger al débil del fuerte», aseguró Rivera Schatz, «o en este caso, al flacucho endeble y maniflojo del regordete panzón y quiebrahueso».