Hollywood, California – Motivados por las modificaciones digitales que directores tales como George Lucas y Steven Spielberg han realizado a sus más famosas películas, otros famosos directores de filmes clásicos han regresado de ultratumba para hacerle «mejoras» a sus obras maestras.
Esta «moda» de modificar elementos de películas que ya han formado parte del léxico filmográfico de nuestra sociedad por décadas fue comenzado por el artiste par excellence George «Todo Lo Que Toco Lo Convierto En Mierda» Lucas, quien en el 1997 decidió sacar una «edición especial» de su famosa trilogía de «Star Wars». En ésta, Lucas añadió efectos especiales y arregló algunos que no habían quedado bien por la falta de tecnología en la época, pero fue más allá al modificar escenas famosas, desatando la ira de hordas de fanáticos que protestaron en un desborde de emoción virginal post-pubescente.
La edición especial de «Star Wars» que fue creada especialmente para hacerle más chavos a Lucas
«Es que ustedes no entienden», explicó Lucas, «ésta es mi visión. No importa que sin ustedes los fanáticos nadie hubiera visto mi visión: yo tengo que hacer lo correcto para realizar el potencial artístico de mi chef-d’œuvre. Así que sépanlo bien: Greedo disparó primero. Suck it, bitches!«. El director que nos trajo obras maestras tales como «THX 1138» aclaró: «Sería mucho más fácil que ustedes pudieran leerme la mente y simplemente ver cómo se ve el filme en mi cabeza… pero en realidad es mejor que no, porque así puedo seguir cobrándole dinero a mis fanáticos pendejos quienes, aunque gritan a toda voz que me odian, van a seguir comprando todas las versiones que saque de ‘Star Wars'», añadiendo pícaramente: «¿Y verdad que van a ir a ver ‘Star Wars: The Clone Wars‘ al cine este verano? Jajaja… ¡lo sabía, pequeñas ovejitas! Esperen la ‘versión especial’ de esa película en… ¡bueno, cuando necesite los chavos!», exclamó descaradamente.
Escena en que George Lucas amariconó a Han Solo poniéndolo a disparar segundo
No quedándose atrás, el director Steven Spielberg (quien, junto a Lucas, recientemente defecó sobre la franquicia de Indiana Jones con la última secuela) también decidió utilizar la tecnología para hacer un poco de revisionismo fílmico. Específicamente, cuando la redundantemente titulada «E.T.: The Extra-Terrestrial» salió en DVD, Spielberg mandó a remplazar digitalmente las escopetas de los agentes de la FBI que perseguían a los niños y a E.T. por walkies-talkies: «Claramente no es políticamente correcto poner a agentes gubernamentales persiguiendo niños con escopetas», declaró Spielberg sentado en una paila de dinero. «Debe ser obvio para cualquiera que si el Gobierno estuviera persiguiendo a un ente extra-terrestre, sólo se armarían con walkies-talkies y de ninguna manera con armas de fuego con las cuales defenderse». Otro cambio que se realizó en pos de la «corrección política» fue el cambio de la palabra «terrorista» a «hippie» en la escena en que se describe el disfraz de uno de los niños que se viste de terrorista para Halloween: «Y deja que saque otra versión más», aseguró Spielberg, «que ya verás cómo cambio digitalmente el disfraz que se puso E.T., quien francamente parece estar vestido de puta».
Hay putas en el Condado vestidas más decorosamente que E.T.
Estas declaraciones de George Lucas y de Steven Spielberg han desatado una nueva racha de modificaciones a películas clásicas, llevadas a cabo por directores ya fallecidos que regresaron de ultratumba con tal de poder realizar su versión artística y para hacer sus películas más políticamente correctas en el mundo actual. Por ejemplo, el personaje principal de la homónima película «Dirty Harry«, protagonizado por el coleccionista aficionado de arrugas Clint Eastwood, será cambiado de un policía violento y de tácticas cuestionables a uno que trata a los criminales con dulzura y les hace regalos en vez de amenazarlos con violencia. Específicamente, se ha manipulado la famosa escena en que Dirty Harry (renombrado «Fairy Harry») le dice a un maleante: «Do you feel lucky, punk?» para que parezca que le está ofreciendo al criminal un boleto de la lotería en vez de apuntándole con una pistola. El director del filme, Don Siegel, regresó del Más Allá porque su alma «no podía descansar sabiendo que dejé atrás una película tan violenta: esta nueva versión, espero, hará que menos gente le tenga miedo a la policía, y que menos niños lloren al ver a Clint Eastwood».
Fairy Harry ofreciéndole a un criminal un boleto de la lotería [Imagen cortesía de 8PEX]
Igualmente regresó de ultratumba Walt Disney, el caricaturista y dueño de la mitad de Florida, para alterar el clásico animado infantil «Bambi»: «Hay que confesar que nos quedó cabrón que matáramos a la mamá de Bambi», admitió el espectro de Walt Disney. «No sé qué estábamos pensando haciendo algo tan cruel que pondría a llorar a todos los niños que lo vean. Y no me refiero a las películas de Pauley Shore: me refiero a algo tan triste como el matricidio animado. Por eso, en la ‘Versión Extra Mágica’ de ‘Bambi’ que saldrá al mercado próximamente (¡pero sólo por tiempo limitado, porque luego se encerrará en el Disney Vault!), la mamá no muere, sino que regresa al final de la película en muletas. ¿Vieron, niños? ¡Sólo fue herida por el cazador, y está viva! ¡¿Pueden ya dejar de llorar y maldecir mi nombre cada vez que ven la película, para poder descansar en paz?!», imploró.
Bambi y su mamá, quien no está muerta na’ (y también están vivos todos sus amiguitos, quienes no murieron quemados en el incendio forestal)
Posiblemente el caso más egregio de todos los cambios, sin embargo, fue el del clásico de Audrey Hepburn, «Breakfast at Tiffany’s«, el cual tenía un personaje japonés interpretado lo más ofensivamente posible por el diminuto actor americano Mickey Rooney. «Admito que eso nos quedó del carajo», confesó el cadáver reanimado del director de la película, Blake Edwards. «Pérate, ¿cómo que ‘cadáver reanimado’? ¡Yo todavía estoy vivo!», aseguró convincentemente el esqueleto viviente. «Énigüei, el personaje de Mr. Yunioshi, con sus enormes dientes de conejo, gruesos espejuelos, y ridículo acento asiático, es algo que ahora con el retroscopio me da mucha vergüenza. Es una pena que en aquella época los japones americanos no se quejaran, seguramente porque temían que los volviéramos a meter en campamentos de concentración como hicimos durante la Segunda Guerra Mundial. Dado que ahora me doy cuenta que Mr. Yunioshi es completamente ofensivo para los japoneses, éste será remplazado digitalmente por un personaje francés interpretado por Gérard Depardieu. ¡Al menos estoy seguro que eso de burlarse de los franceses siempre está de moda!».
Yup… así es como el Hollywood de los sesentas pensaba que lucían los japoneses