San Juan, Puerto Rico – Una cláusula que nadie detectó en la recién aprobada reforma de retiro permitió que el gobernador Alejandro García Padilla se retirara con todos los beneficios luego de haber cumplido cien días en el poder.
La controvertible reforma de retiro, aprobada la semana pasada en contra de la voluntad de muchos empleados públicos, incluía una cláusula escondida entre verborrea legal y complicadas fórmulas matemáticas que ayudaron a que pasara desapercibida. Esta disponía que, aunque los demás empleados del gobierno tendrían que retirarse a mayor edad y con menos beneficios, el gobernador podía jubilarse tras haber cumplido solo cien días en el poder. Ni corto ni perezoso, Alejandro García Padilla se amparó en dicha cláusula para, en sus propias palabras, «coger la juyilanga más rápido que ligero y salir finalmente de esta olla de grillos en la cual me he metido».
El gobernador presentemente se encuentra de viaje en Brasil, una movida que muchos catalogaron como un acto de cobardía para evitar tener que atender las críticas del pueblo por la contenciosa ley y explicar su desalentador desempeño. Sin embargo, García Padilla aclaró que no se encuentra en un viaje oficial, sino en las primeras vacaciones que toma como hombre jubilado. «¿Cobarde yo?», preguntó el ahora exgobernador mientras bebía una deliciosa caipirinha en una playa carioca. «¿A qué supuestamente le tengo miedo? ¿A todos esos cheques de pensión que me llegarán por el resto de mis días? ¿A no tener que seguir aguantando el odio de todos los que me votaron en contra, y un creciente número de quienes votaron por mí? Ay, sí, cuéntenme lo mucho que me importa su opinión ahora que comencé mi retiro…», terminó, imitando la cara de «a mi plin» del meme de Willy Wonka.
«Es que hacer este trabajo por cien días está camarón», intimó García Padilla al explicar por qué ocultó la disposición que le permitió huir de su puesto como alma que lleva el diablo al cabo de tan poco tiempo. «No sé como mi predecesor aguantó cuatro años completos y pa’ colmo quería cuatro más. ¡Eso sí que es masoquismo!». El ahora exmandatario adelantó que su último acto oficial fue la creación de una imagen detallando los cien logros más relevantes de su «corta pero eficaz» administración, la cual será publicada en los próximos días, «o quién sabe cuándo — ¡total, ya no me importa!».
La reacción del pueblo ha sido casi unánime en que, a pesar de que haber aprobado esa cláusula de retiro temprano a escondidas «huele a peje ‘e maruca», si el resultado es que García Padilla ya no será el gobernador de Puerto Rico, «está to’ habla’o… ¡por nosotros que se hubiera jubilado antes!».