San Juan, Puerto Rico – Respondiendo a preguntas sobre si firmaría una ley que prohíba el discrimen por motivo de orientación sexual, el Gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, replicó que sí, siempre y cuando ésta sea cónsona con la plataforma del Partido Nuevo Progresista. Específicamente, el Primer Mandatario indicó que sólo aprobaría la ley si ésta hiciera la salvedad de que las instituciones religiosas estarían exentas de seguirla; esto les permitiría a éstas «poder seguir discriminando impunemente contra personas por razón de su orientación sexual… ¡tal como Jesús lo hubiera hecho!».
Esta aclaración va a la par con el comentario que hiciera Fortuño en el programa de televisión «Tribunal Cristiano», a la sazón de que «lo último que yo quisiera es obligar a nadie a tener que contratar contra sus principios», a pesar de que, teóricamente, el espíritu de la ley es precisamente evitar que instituciones cuyos «principios» sean discriminatorios puedan discriminar. «Quiero que todos los hermanos que me escuchan se despreocupen», añadió Fortuño, tratando de congraciarse con los televidentes del programa. «Yo sé que ustedes encuentran a los homosexuales bien guácala, y que lo menos que quieren es que alguien los obligue a no discriminar a la hora de contratar empleados en sus iglesias. Después de todo, de la manera en que ustedes practican el cristianismo, el discrimen es su precepto número uno, y este gobierno defenderá tenazmente el derecho de ustedes de ir en contra de todas las enseñanzas de su Mesías».
Luis Fortuño, tratando explicar coherentemente por qué las leyes anti-discriminación por orientación sexual no les aplicarían a las organizaciones que supuestamente intentan vivir la palabra de Cristo
Fortuño fue más allá, y explicó: «Cualquier persona que, como yo, sea un estudioso de La Biblia, sabe que el Nuevo Testamento deja ver claramente los siguientes dos hechos sobre Jesucristo: 1) él nos ama a todos nosotros por igual, y repitió varias veces que teníamos que amarnos los unos a los otros y no juzgarnos mutuamente; y 2) excepto a los patos». Con eso estuvo de acuerdo el reverendo Jorge Raschke, quien despotricó nuevamente contra el movimiento homosexual por «continuar sus ataques inmisericordes para con la sociedad», y en especial, a los creyentes: «¡Ya estoy harto de que estos pecadores sigan exigiendo de que los tratemos como iguales, o que los queramos como hermanos! ¡La madre mía va a obligarme a mí a contratar a un farifo en alguna de mis iglesias… y lo digo figuradamente, porque mi madre es una santa, y antes de dejar que un pato ponga un solo pie en una iglesia nuestra, ella le pegaría un tiro!». Raschke también insistió en que había que «pararle el caballito» a los militantes homosexuales en búsqueda de igualdad y de que todo el mundo sea tan «fabuloso» como ellos, aclarando: «digo, a menos que ‘pararle el caballito’ quiera decir alguna cochinada en su desagradable sub-cultura, en cuyo caso usaría otra frase».
El reverendo Jorge Raschke, a la izquierda, dándole la mano a alguien que más vale que no sea homosexual, porque le puso la mano sobre el hombro
Contrario a lo esperado, la mayoría de los grupos homosexuales no encontraron problema alguno con la salvedad que hiciera Fortuño. Un representante de una de estas organizaciones puntualizó: «Para serte franco, yo ni sabía que a estas alturas en Puerto Rico todavía era legal discriminar contra alguien por motivos de orientación sexual; aunque en realidad no debería sorprenderme, porque aquí socialmente estamos a sólo dos o tres décadas de la época en que se conseguía pareja dándole un macetazo en la cabeza y halándola por las greñas hasta una cueva. Si Fortuño quiere hacerse el más religioso y lamberle el ojo a los evangélicos haciendo la salvedad de que las personas que deberían ser las primeras en no discriminar contra nadie por ninguna razón sí puedan continuar haciéndolo, allá él: ¡no es que estemos muriéndonos por trabajar en una iglesia, con figuras espeluznantes de santos que nos siguen con la mirada y nos juzgan! Ah, y otra cosita», añadió zalameramente. «A Jorge Raschke le quiero asegurar que no se preocupe porque lo tornemos ‘fabuloso’, ¡porque él no podría llegar a serlo aunque se la pasara viendo el canal ‘Bravo’ por dos años consecutivos!».
Ni siquiera los chicos de «Queer Eye for the Straight Guy» podrían hacer que Raschke fuera fabuloso