«Golden Corral», la cadena de restaurantes bufé conocidas por servir pseudocomida por un precio pseudomódico, vendrá a la Isla para deleit– satisfac– saciar a sus comensales. «Estamos locos por llegar a Puerto Rico y cumplir nuestro deber contractual para con nuestros clientes de ofrecerles algo que cumple la definición legal del ‘alimentos’ a cambio de dinero», aseguró cuidadosamente Michael Fassbender —no relation!–, futuro gerente general de la cadena en la Isla. «Quiero asegurarle a nuestros futuros comensales que nuestra mercancía cumple con todos los requisitos dispuestos por el Food and Drug Administration en su circular llamado ‘Legal definition of food meant for human consumption‘, y que desde febrero de 2019 la cantidad de pelo de ratón en nuestros alimentos ya no rebasa los límites establecidos por ley federal. ¡Buen apetito a todos!».
«Sabemos que nadie viene a nuestro establecimiento porque ansía seguir al pie de la letra la dieta de Jenny Craig», explicó Fassbender con una sonrisa zalamera. «Es por eso que boricuizar nuestro nombre a ‘Engolden Corral’ nos pareció una buena manera de incursionar en el mercado gastronómico puertorriqueño y simultáneamente hacer honor a por qué la gente viene a un Golden Corral: a comer como puerco y a no levantarse de la mesa hasta que el botón del pantalón no diga: ‘¡Me rindo!’ y las patas de la silla no griten: ‘¡Piedad, Señor, piedad!’. ¡Así que vengan, sáciense porcinamente y olvídense de la báscula en su baño, que al fin y al cabo en la tumba todos acabamos flacos!».
La compañía prevé que el restaurante será un éxito en la Isla, asegurando que previos comensales han tildado su comida de «eventualmente digerible», «técnicamente calórica» y «exactamente lo que esperaba por ese precio».