«¡Aparentemente yo estaba equivocado!», celebró con júbilo Martín Galarza, ex propietario de una compañía de construcción en Bayamón. «¡Yo pensaba que había perdido mi negocio y que había tenido que acogerme a la Ley de Quiebra para evitar que mis acreedores se quedaran hasta con la plata con la que el dentista me arregló las caries, pero según el Gobe, eso no es así! Menos mal que es el Gobierno de Puerto Rico el que está en quiebra y no yo: ¡déjame decirle a mi esposa que ya no tenemos que seguir comiendo comida de gato, porque aparentemente no perdí mi negocio na’!».
En su mensaje, el Gobernador no solamente des-quebró a miles de puertorriqueños usando sus palabras mágicas, sino que también prometió que no venía a «mirar hacia atrás«; acto seguido, miró hacia atrás lo suficiente como para recriminarle a la vil Adminstración Pasada ® el déficit de $3,233 millones que dejaron; por haber mentido al declarar bajo juramento que el déficit que dejaban era cuatro veces menor; y por haber dejado una montaña de trastes sucios en el fregadero de La Fortaleza.
Fortuño habló de que el Gobierno «se tiene que achicar y dejar de gastar sin freno el dinero que no tiene«, lo cual causó un momento de incomodidad entre las decenas de legisladores presentes, cuyo único trabajo es malgastar sin freno el dinero que no tienen. El Gobernador concluyó que gracias a su Administración «hemos salvado la casa», instando a la comunidad de puertorriqueños que han perdido sus hogares y ahora viven bajo un puente a exclamar: «¡Hubiera sido chévere que salvara las nuestras también!».