«Si la intención de estos suciolistos era afectar a nuestra colectividad ante la opinión pública, quiero decirles que es imposible que dañen nuestra imagen. O sea, ¿cómo podrían?», argumentó con incuestionable lógica el Secretario. «Las encuestas demuestran que ya antes del motín del jueves la popularidad de Fortuño era casi comparable a la de Charles Manson, así que un macanazo más, un macanazo menos, ¿qué importa?», dijo Pérez confiado. «A los enemigos de la estadidad les tengo malas noticias: ¡sólo podemos mejorar!», exclamó eufórico mientras miembros de la colectividad celebraban alegremente el anuncio del Secretario.
Pérez aprovechó para tildar de injustas las críticas a la intervención de la Uniformada, y catalogó de falso que no hayan intentado dialogar con los manifestantes: «La Policía sí quería hablar con los nacionalistos estos. Lo que pasa es que nuestros agentes son hombres de pocas palabras», aseguró el Secretario conteniendo la risa como mejor pudo. «Y eso de que no los escuchamos es mentira también: ¡nuestros oficiales los escucharon clarito mientras se quejaban en el piso después de machucarles hasta el alma!», explicó el funcionario. «Es más, aun si no hubiesen querido escucharlos hubiesen tenido que hacerlo: ¿o acaso tú te crees que los gritos del que le sometieron con el taser no se escuchaban hasta en Vieques? ¡Imposible ignorarlo!», aseguró Pérez, quien sin embargo aceptó que los oficiales no escucharon a aquellos manifestantes a los que les majaron la boca de un macanazo.
El funcionario rechazó además que los agentes utilizaran fuerza excesiva durante el operativo: «Es totalmente falso que [los policías] hayan usado fuerza excesiva, porque están perfectamente adiestrados para manejar situaciones como la del jueves», argumentó. «Por ejemplo: nuestros agentes sólo le rompen un brazo a aquellos socialistoides barbú’s que tengan dos, y le ‘esbaratan la rodilla a los que tengan dos piernas. Así se aseguran de desmadrar únicamente áreas del cuerpo que sean redundantes», aclaró el secretario, cuya explicación hizo innecesario preguntar por qué el superintendente auxiliar José Rosa Carrasquillo pateó uno de los dos testículos de un manifestante.
Un enfático Pérez alegó que quienes apoyan la huelga son una ínfima minoría. «Eso es un grupúsculo de estudiantes que lo que se dedica es a protestar por cualquier cosa», aseguró el funcionario, sin aclarar si el grupúsculo que mencionó incluía los 10 recintos que se mantienen paralizados o si se refería a los más de 3,000 estudiantes del recinto de Río Piedras que ratificaron la huelga. «Yo no sé de qué asamblea tú me estás hablando», contestó Pérez con voz entrecortada. «Tú parece que quieres probar las destrezas para el diálogo que tiene la Policía. Déjame darle una llamadita a Rosa Carrasquillo para que venga a dialogar contigo, que tú como que tienes par de órganos redundantes por ahí…».