Quintero fue evidentemente el primer contrincante de Arroyo en su nueva carrera pugilística, luego de haber recibido la cachetada estilo «mala de telenovela venezolana» que le propinara éste. «Aunque si eso era boxeo, ¡que venga Dios y lo vea! La neta es que como púgil, Carlos Arroyo es tremendo mecanógrafo», aseguró Quintero, quien no tuvo problemas en llenarle la cara de dedos a Arroyo. «¡He visto niñas de escuela elemental darse más duro durante el recreo de lo que me dio Carlos!».
La bofetada le costó a Arroyo una expulsión automática del juego y una suspensión del próximo juego, tiempo que el jugador boricua utilizó para practicar sus tácticas pugilísticas. «Lo primero que me están enseñando mis entrenadores es que hay que dar con el puño cerrado, porque aparentemente eso de bitch-slapping no es una táctica válida en el boxeo», intimó Arroyo. «Aparentemente lo otro que tengo que aprender es a no quedarme da’o… ¡pero eso ya suena como mucho trabajo!».