Este nuevo movimiento de recaudación de fondos para la defensa legal de Héctor Martínez se da a pocos días de una actividad llevada a cabo en una residencia privada en Guaynabo en la cual el presidente senatorial era el invitado de honor. Originalmente Rivera Schatz había negado tajantemente haber participado en dicha actividad, hablándole estrujado a los periodistas que osaron preguntarle sobre el asunto, «¡como si los funcionarios públicos tuvieran que rendirle cuentas al Pueblo o algo así, mi’ qué jodienda!». Sin embargo, la alcaldesa de Guayama, quien también asistió a la actividad, tiró al medio al Presidente del Senado y confirmó su presencia en el evento, por lo que a éste no le quedó más remedio que admitirlo. «Y ya que estamos hablando claro», advirtió Rivera Schatz, «les adelanto que no descansaré hasta que mi amigo Héctor tenga todo el dinero que necesite para zafarse de estos cargos obviamente falsos y calumniosos, así tenga que comprar todos los mejores abogados, jueces y jurados del planeta».
«Y les digo otra cosa: ¡esa actividad de recaudación de fondos en Guaynabo fue pellizco ‘e ñoco al lado de lo que se logró en [el Departamento de] Hacienda!», exclamó jubiloso el presidente senatorial. «Cuando le instruí al Secretario de Hacienda que más le valía que cooperara con la causa de la defensa de Héctor, jamás imaginé que mi amenaza velada rendiría tan buenos frutos». En efecto, Rivera Schatz publicó los libros de contabilidad de Hacienda, los cuales demuestran que «literalmente millones de puertorriqueños dijeron ‘presente’ y enviaron millones y millones de dólares a Hacienda para aportar al fondo legal… ¡quizás sin siquera saberlo!». Lo que es más, evidentemente estos contribuyentes le enviaron dinero a Hacienda para aportar al fondo legal de Martínez varios meses antes de que se le radicaran cargos, en lo que Rivera Schatz denominó con ojos aguados como «un desinteresado acto de generosidad clarividente».
El Presidente del Senado aseguró que tiene otras ideas en mente de cómo ayudar a su «panita fuerte» a conseguir más dinero para sus gastos legales, y no descartó valerse del dinero recaudado por el Telemaratón para la Distrofia Muscular, lo que ha recolectado el Ejército de Salvación en las alcancías que pone en las entradas de Plaza Las Américas, o las ganancias de la venta de galletas de las Niñas Escuchas. «El punto es que estoy consciente que se necesita un fracatán de chavos para poder hacer que Héctor salga inocente, así que estoy corriendo como puta pa’rriba y pa’bajo para conseguir dinero para su defensa legal», confesó Rivera Schatz en un inusitado momento de candidez.