San Juan, Puerto Rico – Con el motivo de la celebración del Día del Trabajo (o «Léibor Dei», como se conoce en robertoarangués), millones de cuponeros alrededor de la Isla se dispusieron a no trabajar el día de hoy con mayor tesón que nunca.
El Día del Trabajo, el cual año tras año encarna la contradicción de celebrar la importancia del esfuerzo laboral dándole a todo el mundo el día libre, presenta un reto particularmente para la comunidad de cuponeros boricuas, quienes suelen no dar un tajo ni en defensa propia los 365 días del año. Sin embargo, esta vez ellos se han comprometido a «no hacer tres carajos hoy con un ahínco y una vehemencia que, según nos cuentan, muchas personas reservan usualmente para sus respectivos trabajos».
«No es justo que todos los años nosotros estemos exentos de los beneficios de este día libre», se quejó Enrique «Quique» Encarnación, quien ha estado viviendo de cupones desde que tiene uso de memoria. «El hecho de que el resto del año esté en casa bebiendo cerveza todo el día y haciéndome el loco cada vez que alguien me ofrece una oportunidad de empleo no quiere decir que no merezca celebrar Léibor Dei. Es por eso que me he propuesto vaguear hoy como nunca lo he hecho antes, y así solidarizarme con los logros del movimiento laboral que ha permitido que yo y toda mi familia podamos vivir de lo más bien sin tener que hacer na’. Es lo menos que puedo hacer… ¡literalmente!».
Teresa «Tita» Concepción, otra recipiente vitalicia de beneficios económicos gubernamentales, aseguró que «hoy estoy vagueando con tanto esfuerzo que estoy casi al borde de pasar trabajo». Doña Teresa, madre de seis hijos y abuela de catorce nietos, prometió que tanto ella como su retrahíla de descendientes buscarán maneras de reposar un día como hoy al punto que hasta un equipo especializado de paramédicos pudiera considerarlos comatosos. «Si hoy doy siquiera las más mínimas señales de vida, habré fallado en mi intento», indicó la matriarca cuponera. «No sé cómo se puede hacer menos que pasármela todo el día en el biuti bochincheado con las vecinas y viendo La Comay, pero de una manera u otra tendré que hacerlo… ¡porque si todos los demás boricuas están disfrutando hoy de un descansito de su rutina diaria, de alguna manera tengo que poder guisar yo también!».
El vividor profesional Federico «Fico» Cruz, por su parte, prometió que no le bastará con no trabajar hoy menos de lo usual. «Yo me la paso el día entero en la cama tomándome siestecitas y oyendo radio, así que honestamente no sé cómo podría hacer menos por la patria», admitió. «Me robo el agua, la luz, el cable y el Internet, así que no solo cobro un chequecito del Gobierno, sino que no tengo gastos mayores. Es por eso que he decidido que como único puedo trabajar menos el día de hoy es evitando que alguien más trabaje: ¡así voy de cero trabajo a trabajo negativo!».
Por otro lado, se reporta que en el Capitolio los legisladores están confundidos con el concepto del Día del Trabajo, preguntándose qué exactamente quiere decir la palabra «trabajo».