El informe del Departamento de Justicia (DOJ por sus siglas en inglés) le adscribió a la Policía puertorriqueña un patrón marcado de abusos para con la ciudadanía y constantes violaciones a los derechos civiles; se rumora que para llegar a dicha conclusión solo les bastó ver par de videos en YouTube. «No sé cómo decir esto bien en español», comentó Jonathan Spaulding, portavoz del DOJ, «pero la Policía de Puerto Rico está de pinga. ¿Así es que se dice? ¿’De pinga’?». La investigación también halló evidencia de que la Policía hace registros e incautaciones ilegales, que falla en atender ciertos tipos de crímenes, y que «le da armas de fuego a agentes gorditos que se asustan de na’ y rápido empiezan a disparar al aire«.
El documento de 158 páginas, sin embargo, no bastó para convencer a los miembros de la Federación de Jóvenes Estadistas, cuyo portavoz Juan Carlos Rodríguez declaró: «Ante el crimen generalizado, a veces es entendible que [los policías] salten burocracia, den macanazos y violen derechos civiles para intentar apaciguarlo», añadiendo: «Claro, después no sea a nenes buenos como nosotros que nos quedamos calladitos y no nos la pasamos jodiendo el parto, sino a esos fupistas revoltosos y barbú’s que no dejan de quejarse. ¡Que les sigan dando macanazos, pa’ que se quejen con ganas!».
Por otra parte, algunos de los estudiantes que participaron en la huelga de la Universidad de Puerto Rico también criticaron el informe del DOJ porque, aunque puso a la Policía como chupa, este no hizo mención de Filiberto Ojeda Ríos, de experimentos con el agente naranja en El Yunque, ni todos los actos de represión que hayan alguna vez ocurrido en la Isla. Los jóvenes, ganadores del premio «Palo Si Boga, Palo Si No Boga 2011», expresaron que «cualquier informe de los yanquis que no responsabilice al Imperio de todas las violaciones de derechos civiles que han ocurrido en esta Isla (entre otras, el exterminio de nuestros indios taínos, la Masacre de Ponce y el estreno de la película ‘Gigli’) será un diáfano intento de encubrimiento». Al señalarles que la matanza de los taínos sucedió bajo el gobierno español, los jóvenes respondieron: «¡No importa! ¡El estreno de ‘Gigli’ más que lo compensa!».
El portavoz de la juventud estadista sugirió que la Policía podría en un futuro evitar problemas pasándose de la raya en manifestaciones estudiantiles simplemente arrestando preventivamente a cualquier joven que se compre la camiseta de Albizu Campos con el diente por fuera, «¡a menos que estos llorones vengan a decirme ahora que arrestar a alguien por comprar un artículo de ropa también es una violación a sus derechos civiles!». Añadió, sin embargo, que «cuando decimos que la Policía estuvo bien en violarle los derechos civiles a esos revoltosos barbú’s, no queremos que nos malinterpreten de ninguna manera: ¡deberían violárselos incluso algún día si se llegaran a afeitar!».