«Chacho, ¿estás tú loco?», preguntó el Hombre Lobo ante el prospecto de venir a Puerto Rico la noche de Halloween para asustar a la ciudadanía. «Yo seré una enorme bestia con afilados dientes y largas garras, pero aun así no quisiera toparme en un callejón oscuro con uno de esos malandrines que merodean por ahí. ¿Y qué tal si uno de esos cacos carga con balas de plata? ¡Deja eso!». La criatura mitad hombre, mitad lobo también teme que podría convertirse en humano a mitad de la noche y correr más peligro aún, «porque como un humano común y corriente en la calle, ¡ahí sí que me llevaría Pateco!».
El monstruo del doctor Frankenstein también anunció que preferiría quedarse en la seguridad de su castillo en vez de intentar asustar a la gente por ahí la noche del Día de las Brujas. «Gente — peligrosa», balbuceó el enorme engendro. «Monstruo — asustado. Cosa en Puerto Rico — pelú’a. Monstruo ir pa’llá — ¡ni a buscar billetes!». El mismo doctor Frankenstein aseguró que «ni loco» enviaría a su máxima creación a rondar las calles de la Isla, mucho menos de noche. «Yo he visto cómo la Policía de Puerto Rico brega con situaciones que no sabe controlar, y si los guardias le tiran gas pimienta en la cara a estudiantes por protestar, ¡no quiero ni saber qué le harían a mi pobre criatura solo por andar por ahí trillando niños!».
Aunque no forman una agrupación organizada, se sabe que los zombis tampoco piensan apoderarse de las calles para sembrar el terror en Halloween porque la última vez que intentaron invadir la Isla no encontraron muchos cerebros de calidad que devorar, hallando que la mayoría de estos estaban adictos a usar drogas, a ver La Comay y/o a votar consistentemente por políticos corruptos e incompetentes. De hecho, muchos muertos vivientes perecieron de hambre al intentar buscar cerebros en el Capitolio. Al abordarlos con preguntas sobre su decisión de no venir a la Isla este Día de las Brujas, los zombis declararon en unísono: «ZERREBRROOOOS…».
Los vampiros se negaron a regresar a Puerto Rico, explicando que «uno de los nuestros lleva haciendo escante en Moca desde hace años y por eso ya tenemos a toda la ciudadanía lista para espetarnos una estaca en el corazón». Incluso el antiguo y poderoso Conde Drácula prometió jamás volver a pisar el terruño borincano, intimando que «la última vez que fui por esos lares le chupé la sangre a una tal ‘Maripily‘, y desde ese entonces estoy en un tratamiento intensivo de Herpetrox y Chancrocil. ¡Prefiero morirme de hambre!».
Esencialmente los únicos esperpentos que no manifestaron temor en venir a la Isla para hacer de las suyas en Halloween fueron los fantasmas, quienes aseguraron que «una gran parte de nosotros llevamos siendo empleados de gobierno desde hace tantos años que ya estamos curados de espanto».