«Es inaceptable que millones de nuestros compatriotas americanos en el Méinland desconozcan dónde se encuentra Puerto Rico», tronó Thomas Rivera Schatz, Presidente del Senado y autor intelectual de la medida. «Dado que la mayoría de ellos piensan que estamos ‘sómjuear daun in Méxicou‘, lo más fácil que podemos hacer es, en efecto, estar en México. O sea, si más de cien años de pertenecer al gobierno federal y más de cincuenta años de ciudadanía americana no han logrado que esta gente se digne a saber algo sobre nosotros allende al hecho de que JLo es boricua, me temo que tendremos que ponérsela fácil», concedió el presidente senatorial.
La ley, conocida como «¡Vámonos para México!», propone que se contrate una firma de ingenieros que averigüen cómo poder primeramente «levantar la Isla de Puerto Rico de manera rápida, segura y baratita». Los ingenieros también deberán diseñar «la maquinaria necesaria para transportar la Isla en tu totalidad (¡de nuevo, sin que nos salga en un ojo de la cara!) sobre terreno mexicano, donde deberá ser depositada». El proyecto también dispone de presupuesto para rehacer miles de mapas, que ahora mostrarán a Puerto Rico en donde hoy día está el estado de Tlaxcala, «el cual nadie echará de menos porque seguramente nadie sabe que existe». El plan original de simplemente arrimar la Isla a la costa azteca fue descartado rápidamente porque «en los bocetos del mapa en esa configuración Puerto Rico lo que parecía era un pipisito de recién nacido — ¡sobre todo con la península de Florida ahí al lado como comparación!».
«No será fácil completar este proyecto», admitió el José Armando Román del Cuerpo de Ingenieros, «pero por la cantidad de billetes que el Gobierno está aflojándole a mi compañía, ¡créanme que vamos a bregarle el caso!». Según el perito, desligar el terreno que compone la Isla del substrato terrestre no es tan difícil como muchos pensarían, «por eso de que Puerto Rico está sobre la boca de un volcán, ¿vite?»; lo difícil será trasladarlo a territorio mexicano. «Y no lo digo por lo pelón que suena el poder levantar y movilizar tantas toneladas de tierra a cientos de millas de distancia sin causar un desmadre: eso es pellizco ‘e ñoco», aclaró Román. «¡Es que las uniones laborales están de pinga, y con tantas regulaciones y restricciones no se podría mover la Isla ni de aquí a la República Dominicana!».
Rivera Schatz intimó que su proyecto de ley es simplemente la primera fase de su plan maestro para adelantar la causa de la estadidad, y que el fin ulterior es lograr que Puerto Rico figure entre los Estados Unidos continentales. «Primero los acostumbramos a que estamos en México, justo al sur de ellos», explicó Rivera Schatz, «y eventualmente, ¡zas!, de buenas a primeras apareceremos en medio de Texas, donde hay tanto espacio vacío y tantos aztecas que los americanos seguramente ni se den cuenta del truco. Y una vez estemos sólidamente en territorio federal», concluyó Rivera Schatz con una guiñada pícara, «quizás se le haga más fácil a ciertas personas correr para Presidente…».