Antulio «Kobbo» Santarrosa, «manejador» de la muñeca bochinchera, tronó en contra de la víctima, José Enrique Gómez Saladín, acusándolo de haberse buscado su propia muerte por estar merodeando la Calle Padial, «un foco de homosexualismo, prostitución y de cuanta cosa hay». Dado que la persona razonable promedio argumentaría que lo único que se está «buscando» alguien que patrocine la prostitución es agarrarse una venérea –no ser secuestrado, quemado vivo, y golpeado hasta la muerte– estos comentarios inspiraron la creación de la página «Boicot a La Comay» en Facebook, donde se listaron varios de los auspiciadores del programa. Acto seguido, vario de estos emitieron comunicados de prensa en los cuales aclararon que nunca se habían anunciado durante SuperXclusivo, en lo que probablemente es la primera vez que un boicot funcione retroactivamente.
El primero de los presuntos auspiciadores que aseguró que no tocaría, ni jamás a tocado, a La Comay ni con una mano ajena fue la heladería Cold Stone Creamery, y luego se le unieron Welch’s, Plaza del Caribe, Corona Extra y Gillette en hacer declaraciones semejantes. Curándose en salud, el friquitín La #45 de Doña Juana en Piñones, la lechonera El Cuajito en Guavate y el piragüero de la Plaza Colón aclararon preventivamente que ellos tampoco se han pautado durante SuperXclusivo. Por otro lado, la Trixie, una mujer de la noche, malentendió la pregunta y confesó sí haber «puteado» durante el programa de La Comay, pero cuando se le explicó el significado de la palabra «pautar», reaccionó: «¡Ay, fo, nene, claro que no! ¡Yo no haría eso ni aunque me pagaran!».
A pesar de que hasta la fecha la presión del boicot ha rendido fruto (causando que otrora auspiciadores como Triple-S, Claro y Borden cancelen sus contratos de promoción durante SuperXclusivo), Joe Ramos, gerente general de Wapa Televisión, tildó la reacción del público como «emocional» — lo que asumimos es un eufemismo para «llora’era de nena chiquita». «No veo cuál es el show«, explicó Ramos. «La Comay no dijo nada que no se haya dicho en otros espacios noticiosos. O sea, todos los noticieros se plantearon, en estas mismas palabras, si el publicista este no se buscó su propia muerte por andar por ahí buscando prostitutas, ¿verdad que sí? ¿Ah, no? Énigüei, después que La Comay siga haciendo dinero, la defenderé hasta la muerte — ¡pero deja que me traiga más dolores de cabeza que billetes, que simplemente la cancelo y gestiono otro programa de chismes con un presentador diferente, pero que atraiga la misma audiencia!».