No empece al hecho de que el gobierno guatemalteco desmintió los reportes de la prohibición del reggaetón y los tildó de «inventados, falsos y pelones», la legislatura local insistió en adelantar el proyecto de ley que tornaría ilegal «mancillar el ambiente boricua con canciones insoportables cuyos intérpretes no han atinado una nota ni por equivocación». La exposición de méritos de la legislación declara que «si otros países van a tirar nuestros géneros musicales autóctonos a mondongo, no tenemos por qué aguantar los de ellos — ¡ya bastante tenemos nosotros con el reggaetón!».
La Tigresa del Oriente es la sensación del Internet responsable del risible video musical titulado «Nuevo Amanecer«, cuya calidad varía entre «parece que lo grabaron en los ochentas con una Camcorder» y «no, en serio: ¡esto lo tienen que haber grabado en los ochentas con una Camcorder!». En el video, la ajada y pechugona «cantante» (cuyo nombre real es Judith Bustos porque Dios existe y nos ama) parece estar enfrascada en una batalla mortal con sus cuerdas vocales en la cual francamente todos resultamos perdedores. En igualdad de condiciones están Wendy Sulca y Delfín Hasta el Fin, también ellos responsables de videos de calidad cuestionable y canciones de mediocridad indiscutible.
Al increparle a miembros de la legislatura qué tiene que ver la alegada prohibición del reggaetón en Guatemala con la música de cantantes peruanos y ecuatorianos, estos respondieron: «Pero, ¿esos países hispanoamericanos allá afuera no son to’ lo mismo?».