El Proyecto 51 del senado propone el enésimo referéndum sobre el estatus de Puerto Rico con opciones manipuladas por el partido al poder y con eventuales resultados inconclusos y fácilmente tergiversables. «Tenemos que acabar esta maldita colonia ya«, subrayó tenazmente Thomas Rivera Schatz, autor de la medida, «ya sea a través de la estadidad; que seamos admitidos a la unión; o que nos convirtamos en la estrella 51 en la bandera federal. De cualquier modo: en caso de que por casualidad gane la estadidad en esta consulta diseñada específicamente para que gane la estadidad, estaremos llevándole nuestra petición al congreso de los Estados Unidos, y sabemos que este acatará nuestra decisión con la premura concorde con la importancia que tiene Puerto Rico para los Estados Unidos», anheló Rivera Schatz, a pesar de que eso último ciertamente lo puede dar por descontado.
Paul Ryan, el portavoz de la cámara de representantes federal, ya dejó saber que «OB-viamente nos limpiaremos el culo con cualquier exigencia de estos marroncitos hispanoparlantes de querer ser estado — pero, ¿vi’te?, solo en caso de último recurso. Para eso primero tenemos cualquier legislación que propongan los demócratas: cualquier vaina que tenga que ver con darle derechos a mujeres, brindarle protecciones a la comunidad LGBTT, mejorarle el acceso al voto a los negros o a los hispanos — tú sabes, estas changuerías que los demócratas siguen adorablemente trayendo al foro… ¡como si un congreso republicano con un presidente republicano fuera jamás a acceder a esas ridiculeces! Así que, no se preocupen, amigos estadistas: ¡tenemos muchos otros proyectos de ley que usar como papel de toile antes de llegar al de ustedes!».
El portavoz cameral, sin embargo, manifestó su sorpresa ante el hecho de que la legislatura puertorriqueña propusiera un referéndum sobre el asunto del estatus justo ahora: «Esto es como si un manganzón de treinta años que aún vive en casa de los pa’is hiciera un voto entre él y sus peluches para decidir que sus papás deben construirle un lujoso apartamento sobre la marquesina. Además: ¿en serio? ¿Con este presidente antihispano, quien fue electo por el ala más racista y xenofóbica del Partido Republicano, y con estos legisladores quienes fueron igualmente electos por esa misma zahorria, ustedes creen que esta es la administración que admitirá a tres millones de hispanos muertos de hambre como el estado número 51 de la unión? C’mon, guys: read the room!«.