La misiva del gobernador dirigida a «Santa Clós» (así, con acento monosilábico innecesario y todo) simplemente rogaba «que el 25 de diciembre amanezca bajo mi palo otro candidato –¡quien sea!– que acceda a tomar las riendas del país y librarme de esta camisa de once varas en la cual me he metido yo». En un párrafo posterior García Padilla aseveró: «Santa Clós, concédeme esto, porque tú sabes bien que yo nunca te he pedido nada… bueno, excepto lo de ganar la gobernación, pero eso fue cuando era un muchachito iluso de Coamo que no sabía en qué lío se estaba metiendo. Ah, y lo de que Obama accediera a comerse un sangüichito conmigo en un lugar público… Bueno, el punto es que hasta ahora nunca te había pedido algo legalmente dudoso, ¡así que más vale que me bregues el caso!».
El gobernador expuso en su epístola todos los motivos por los cuales ya está «hasta la coronilla» de ser el primer ejecutivo de Puerto Rico: «Esto aquí está del seto y no hay por dónde agarrar la olla: no importa qué haga, la gente me lo criticará –¡e incluso los de mi propio partido me tiran a mondongo [tos]Carmen Yulín sucia[tos]!». García Padilla le sugirió a Papá Noel que podría matar dos pájaros de un tiro cumpliendo el deseo inexpresado de Ricky Rosselló de convertirse en gobernador: «Por más que él se está haciendo el que no quiere la cosa, cuando amanezca en la mañana del 25 de diciembre en Fortaleza sé que se le quitarán los ñeñeñés y va a pegar un grito como si se hubiera pegado en la loto… ¡y entonces verá que no es lo mismo llamar al Diablo que verlo venir!».
Se reporta que Papá Noel respondió a la misiva de García Padilla con un escueto: «No. ¿Querías bugalú? ¡Toma bugalú!».