Donald Trump, peluquinero aficionado y precandidato presidencial por el Partido Republicano, ha acaparado la atención de los medios de comunicación (y de la zafra de racistas que militan en el GOP) despotricando en contra de los islamitas. Entre otras barrabasadas varias, Trump declaró que si fuera presidente obligaría a todos los musulmanes a registrarse con el gobierno (algo así como un Tercer Reich americano) y que le prohibiría la entrada a los Estados Unidos a todos los mahometanos de otros países (aunque no aclaró si ha desarrollado alguna prueba diagnóstica que detecte la islamicidad en el corriente sanguíneo). Estas expresiones causaron que los Tres Reyes de Oriente declararan que «a pesar de considerarnos cristianos (¡duh!), somos conscientes de que para Donald Trump toda persona marrón, barbuda y con turbante es un terrorista en ciernes. Es por eso que nos dimos por aludidos y decidimos asegurarnos de que hoy, día de la Epifanía, ese riquitillo bocón recibiera un regalo a la altura de su capacidad intelectual, a saber, un chorro de cajas de zapatos llenitas de estiércol de dromedario».
Melchor explicó que su última parada anoche fue precisamente «el apartamento en Manhattan donde Trump pernoctaba con su más reciente trophy wife eslava. Lo dejamos pa’ último para asegurarnos de que nuestros tres camellos estuvieran pimpos de comer grama toda la santa noche; además, les fuimos dando Ex-Lax de vez en cuando para ir engrasando los sistemas, if you get my drift. Luego, cuando llegamos a su condominio palaciego, nos metimos en su clóset de zapatos y sacamos todas las cajas que encontramos… ¡con todo y zapatos, claro está!». Gaspar añadió que «fuimos directito a los más caros: le embarramos los Ferragamo, los Berluti, los Testoni… ¡olvídate, que si la marca sonaba a carro de carrera italiano, cayeron en la redada!». Baltasar concluyó diciendo: «Sabemos que esto no le hará cambiar de parecer a Donald Trump, pero si él quiere odiar indistintamente a las personas del Medio Oriente… ¡démosle una buena razón!».
Por su parte, Donald Trump tronó: «¿¡Ven por qué hay que prevenir que estos sediciosos musulmanes antiamericanos entren a nuestra nación!? ¡Lo de ellos es chocar aviones, explotar edificios y cagar zapatos! ¡Ahora tendré que estar yendo yo a to’s la’os en metede’o hasta que mis escla– que diga, asistentes personales– salgan a comprarme calzado nuevo». El magnate de bienes raíces confesó que hasta el día de hoy él nunca había escuchado sobre la tradición de los Tres Reyes Magos, añadiendo: «Esto es una costumbre de los mexicanos, ¿verdad que sí? ¡Marroncitos del mundo, sigan dándome razones para odiarlos, pa’ que vean cómo los saco a to’s de aquí a coces en cuanto inevitablemente me elijan presidente!».