«Se deshicieron de mí, malandrines, pero todavía me tendrán por aquí unos diítas más», indicó Rosselló despechado. «Sí: protestaron, marcharon y perrearon, y finalmente me hastiaron. Enhorabuena… ¡pero no se desharán de mí tan rápidamente! De aquí al 2 de agosto puedo seguir tomando decisiones desastrosas; favoreciendo a mis amiguitos y haciéndome de la vista larga de su corrupción; y comiendo como rey a costilla del erario. ¡Por favor, háganle caso omiso a los furgones de langosta, blowfish y Wangyu beef que verán entrando a La Fortaleza durante los próximos días! ¡Siga perreando tranquiléin!».
«Habrá lengüilargos que pensarán que usaré este periodo para negociar un indulto con la gobernadora entrante y actual Secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, aunque se trate de crímenes aún no radicados», adelantó Rosselló, curándose en salud. «Digo, técnicamente uno no puede ser indultado por crímenes de los cuales uno no ha sido acusado, pero no sería la pelada más grande que se haya legalizado a través de una orden ejecutiva trapera… digo, porque, todavía soy el primer ejecutivo en la Isla, ¿no veldá’?», preguntó retóricamente el aún gobernador con una sonrisita zalamera.