«¿Cómo es posible que la Academia Sueca me haya ignorado de nuevo este año?», preguntó dolido Brown, autor también de la novela «Angels and Demons». «¡Y total, para dárselo a un peruanito igualado que en su casa lo conocen!», exclamó doctamente el novelista norteamericano. «Ese tal Mariano Vergas Yonosequé, ¿ha tenido una novela en el Best Sellers List del New York Times por tanto tiempo como yo? ¿Ha vendido güelemil millones de copias? ¿Han acaso hecho películas de dos de sus libros estelarizadas por nada más y nada menos que Tom fucking Hanks? ¿¡Verdad que no!?», gritó Brown, quitándose con ira su suetercito de escritor pretencioso.
Vargas Llosa, el primer hispanoamericano en ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura desde Octavio Paz en el 1990, fue seleccionado por la Academia Sueca «por su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo» (whatever the hell that means). «¿¡Pero qué clase de basofia es ésa!?», exultó Brown. «¡Las novelas mías son 100% cartografías de las estructuras de poder, y están repletas de tepe a tepe de imágenes mordaces de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo! ¿O han acaso olvidado el tour de France y minucioso character study que fue mi novela ‘Digital Fortress‘?», preguntó el escritor, sin saber que nadie si quiera había escuchado de esa novela, para haber podido olvidarla.
«Examinemos la obra del tipejo este que me robó mi Nobel», exhortó Brown. «Una de sus novelas más famosas es ‘La tía Julia y el escribidor’. Permiso, ¿el ‘escribidor’? ¡Jelou, se dice ‘escritor’! Hay que joderse: ¿¡este farsante ni siquiera tiene un spell-checker, es!? Y una de sus más recientes publicaciones es ‘La fiesta del chivo’. ¡Eso me suena a mí a título de cuento para niños! ¿Esta gente de la Academia siquiera investigó la obra de este tal Vergas Yonosequé? Si ellos hubieran investigado mi extensa obra (que abarca nada más y nada menos que cinco novelas), hubieran hallado en ésta suspenso, intriga, y peladas pseudo-religiosas. En cambio, en la obra del usurpador sólo hay palabras inventadas y cabros pariseros. ¡Exijo una explicación!», demandó el novelista condoritezcamente.
Dan Brown se encuentra ahora mismo en Estocolmo protestando al frente de la Academia Sueca, donde asegura se encontrará «hasta que estos suizos brutos no me otorguen el Premio Nobel que por tantos años me han negado». En respuesta, Jörgen Larsson, publicista de la Academia Sueca, declaró escuetamente: «He leído un diálogo más emocionante y tramas mejor elaboradas en el menú de Sizzler que en las novelas de Dan Brown». Al preguntarle si eso quiere decir que en efecto ha leído las novelas de Brown, Larsson admitió: «Bueno, sí… ¡con algo se tiene que matar el tiempo en los aeropuertos y en el baño!».