La aún gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez Garced, explicó su decisión: «Nuestra administración está trabajando día y noche –bueno, algunas horitas del día aquí y allá y nadita de nada durante la noche– para encontrar las mejores soluciones para atajar la epidemia que nos acecha. Bueno, pudimos haber rechazado la entrada de esos cruceros, o haber exigido que todo el mundo que se bajara pasara por un control médico nuestro, o haber puesto a alguien competente a cargo del Departamento de Salud –pero bueno, lo (mal) hecho, (mal) hecho está. You know, politicians gonna politician! El punto es qué vamos a hacer de ahora en adelante, y la respuesta, en una sola palabra, es: ‘¡No mucho!'».
Sin embargo, una medida que los miembros del gabinete de la gobernadora avalaron unánimemente fue la importancia de tener culito de rana a la mano a todo momento, porque «esta epidemia es muy seria, y si no se sana hoy, al menos se sanará mañana». La orden ejecutiva también pudo haber indicado que todo negocio u oficina gubernamental deben disponer de higienizador de manos para el público, pero esto fue rechazado porque «eso de ‘jan sanitáiser’ nos parece como un cuento de viejas, y/o patrañas inventadas por Big Purell para llenarse los bolsillos a costa de gente crédula que le da chavos a cualquier charlatán que les promete soluciones fáciles. Esta situación es seria: ¡la cosa no está como para hacer movidas simbólicas que no componen nada, solamente para calmar las masas!».
En temas no relacionados, el presidente de EEUU ha declarado el 15 de marzo como el Día Nacional de la Oración.