«¿Ustedes se creían que podían seguir viniendo aquí todas las semanas con la misma guachafita y que no se iban a quemar?», preguntó retóricamente un sacerdote que prefirió permanecer en el anonimato. «Mire, confesarse es arrepentirse y venir con la intención de no volver a hacerlo de nuevo, pero ustedes como que no se lo cogen en serio: semana tras semana nos vienen con el mismo cuentito. Es como si se creyeran que esto es una sesión de terapia en vez de un acto de penitencia. ¡Lo que hacía falta era que la gente supiera las pocavergüenzas que se las pasan haciendo pa’ ver si se abochornan y dejan de hacerlas! And guess what… there’s an app for that!«, exclamó risueño.
Mientras tanto, los usuarios de la aplicación han encontrado que esta es imposible de remover y aleatoriamente muestra un mensaje que te recuerda: «Dios lo sabe todo… ¡y tu iPhone con dos cámaras y micrófono también! Te vas a portar bien… ¿verdad?», mientras muestra logos de Facebook, Twitter y Blogger amenazantemente.