Trípoli, Libia – A escasos días de haber derrocado al dictador Muammar al Kadafi, el pueblo libio ha colocado un anuncio clasificado en Craigslist en búsqueda de un nuevo déspota sanguinario que los enyugue por las próximas cuatro décadas.
La victoria de las fuerzas rebeldes libias se concretizó en los últimos días cuando finalmente pudieron infiltrar la residencia de Kadafi, el palacio de Bab El Aziziya (que en árabe quiere decir «Da Coronel’s Crib«). A pesar de que el dictador libio no apareció ni por los centros espiritistas cuando el recinto fue invadido, la ciudadanía comenzó a cantar victoria porque, como es harto sabido alrededor del mundo, «el que se va pa’ Aguadilla, pierde su silla». Con cánticos victoriosos de «¡Afuera Kadafi!», «¡El pueblo unido jamás será vencido!» e incluso el incoherente «¡La Iupi se respeta!», el pueblo libio dio por cerrado el capítulo del dictador Muammar al Kadafi y se mostró ansioso de buscar al próximo déspota que los tratará como a puta de a peso durante las décadas venideras.
«¡Qué bueno que ya salimos de Kadafi!», exultó con emoción un estudiante universitario mientras alzaba gozosamente una pancarta del presidente Obama la cual, milagrosamente, no estaba en llamas. «¡Estoy ansioso bor saber quién será el bróximo líder carismático que subirá al boder so bretexto de luchar bor el bueblo bara luego quedarse al mando bor 42 años!», confesó el joven. «¡Tenemos que escoger sabiamente, borque el que se trebe al boder ahora seguramente será el único bresidente que mis hijos y quizás mis nietos lleguen a conocer!».
A escasas horas de haber tomado el palacio de Kadafi, los rebeldes pusieron en Craigslist un anuncio (archivado bajó la categoría de «Jobs» y la subcategoría de «Third-World Dictator«) que rezaba de la siguiente manera: «Se busca un líder carismático, astuto y prepotente, que sepa fingir que busca lo mejor para el pueblo pero que, una vez instalado en el poder, no dé el brazo a torcer y sepa usar la fuerza y la intimidación para amilanar a sus enemigos políticos. Debe ser ególatra, sociópata, o cualquier otro adjetivo esdrújulo que lo haga creerse mejor que los demás sin importar las circunstancias. Debe poder hablar árabe, y si tiene vello facial, mejor aún. No fatties!«.
En noticias no relacionadas, fuentes aseguran haber visto al presidente del Senado Thomas Rivera Schatz caminando por el Capitolio con el libro «Arabic for Dummies» bajo el brazo.