En lo que muchos de nuestros abuelos considerarían un «flashback cincuentoso«, la retórica proveniente de la península coreana parece estar acercando al mundo más y más a un nuevo encuentro bélico. Aunque originalmente se estimó que la reacción de Corea del Norte se debía a las nuevas sanciones en su contra anunciadas por las Naciones Unidas, recientemente se descubrió que las actitudes belicistas fueron acuciadas por Kim Jong-Un, harto ya de escuchar que «es regordete», «tiene cara de bobalicón» y «no es nada más que un nene de Papi» (a pesar de que todas esas cosas son empíricamente verídicas).
«Chinito no quelel que lo demá plesidente se bulhlal de Chinito», se quejó Kim, el hazmerreír de los líderes mundiales, hablando con un ofensivo acento asiático. «Chinito vel peliódico publical meme tomando Chinito a bloma, diciendo que palecelse a Caltman, al nene goldito de la película ‘Up’, o a un malchmelou amalillo con tlisomía ventitlé. ¡A Chinito no dal glacia! ¡Chinito explotal pa’l calajo a títele que seguil compalando a Chinito con el idiota ese de Gangnam Style!».
El líder supremo de Corea del Norte prometió que ordenará a sus tropas a que bajen la guardia si los demás mandatarios mundiales firmaban sendos afidávits asegurando que jamás volverían a mancillar el honor de Kim Jong-Un y atribuyéndole razgos de suprema hombría. «¡Yo no puedo firmar esto!», exclamó el macharranístico presidente ruso Vladimir Putin mientras cabalgaba a caballo sin camisa. «Según este documento, Kim Jong-Un: nació en el Cielo; solo se ha equivocado una vez (cuando creyó haberse equivocado); y caza osos sin usar armas porque de otro modo sería una ventaja injusta. ¡Todo el mundo sabe que quien único mata osos con las manos soy yo!».
Por su parte, el presidente Barack Obama respondió a la petición del dictador norcoreano de manera sumamente sencilla: «Si Kim Jong-Un quiere que personas alrededor del mundo dejen de referirse a él como un gordito bobolón, ¡le recomiendo que simplemente deje de ser un gordito bobolón!».