Orlando, Florida — Los Magic de Orlando vencieron anoche arrolladoramente a los New York Knicks 140 a 83, y como todos sabemos, el boricua de pura cepa, hijo predilecto de Fajardo y Puerto Rico entero, Carlos Arroyo, fue fundamental en la gloriosa victoria de los Magic. El seispiesino totalizó 1 punto en 30 segundos de juego, con cero rebotes y un turnover. Esos números no reflejan las intangibles que trajo al juego para liderar a Orlando a la arroyadora victoria.
«Magistral, excelente, orgásmico, orgastántrico: en verdad las palabras no hacen justicia a la actuación de Carlos Arroyo, por eso me tuve que inventar esa última», aseguró el columnista Roberto Colón Segarra de Primera Hora. «Re-usando la brillante analogía que he usado en el pasado, él es el analgésico boricua para las migrañas del dirigente de Orlando, Brian Hill. Con su contagiosa sonrisa, Arroyo elevó la moral de sus compañeros de equipo, siendo el catalítico principal de esta gran victoria. A la verdad que no sé a estas alturas por qué Arroyo no es el inicialista sobre Jameer Nelson». Nelson finalizó con 50 puntos 12 rebotes y 11 asistencias, liderando al equipo en todas las categorías ofensivas. «Todos esos números: Arroyo. Practicar contra Arroyo lo tiene amolaíto, y la contagiosa sonrisa por supuesto», acotó Colón Segarra.
Carlos Arroyo y su discípulo Jameer Nelson, quien es un mojón y debería estar sentado de acuerdo a los expertos de «verdá» del basket
El comentarista deportivo Lester Jiménez de Primera Hora también estuvo de acuerdo con su colega. «En el primer partido que jugó en uniforme de Orlando, yo dije que Arroyo brilló en sus pocos minutos de juego. Ahora digo que hoy resplandeció con la intensidad de una supernova destructora de mundos en esos 30 segundos que jugó. Breve, intenso y con el brillo y el calor de diez mil soles. No hay nada como la cría boricua». Arroyo ha jugado para tres equipos diferentes en menos de tres años, hecho que muchos críticos usan para señalar que ningún equipo lo ha considerado vital para su franquicia. «¿Quién dijo eso? ¿Rosselló? Bendito, m’ijo, si es obvia la razón por la cual ha jugado para tres equipos diferentes en menos de tres años. ¡Se lo pelean!»
Carlos Arroyo en su estado natural de supernova, mientras esperaba a que lo metieran al juego
Arroyo logró su único punto al tirar un tiro libre por falta técnica. La falta fue dada ya que el entrenador del equipo, Isiah Thomas, empezó a alegar que Arroyo corrió con la bola después de éste fallar una güirita solo. La falta técnica fue la segunda de Thomas, lo que causó su expulsión del juego. La ira de Thomas fue justificada, dado que la repetición en la televisión mostró claramente que Arroyo sí corrió con el balón. El analista deportivo Fufi Santori explicó como esto ponía en exposición la astucia de Carlos Arroyo. «Pa’l que no sabe nada de lo astutos que somos los puertorriqueños, eso parece que Carlos metió la pata corriendo con el balón. Pero fíjate que Carlos sabía que Thomas ya tenía una falta técnica, y el seguramente tomó el riesgo calculado de dar ese pasito extra para la güirita pa ver si no se la cantaban y sacar por el techo a Thomas. Como vimos, eso fue lo que pasó y Thomas perdió la cabeza, dejando al equipo contrario sin su dirigente. Al perder a su dirigente, Arroyo aseguró que el equipo quedara sin cabeza, y en vez de perder por 30, perdieron por más de 50. ¡A la verdad que los puertorriqueños nos las sabemos todas! ¡En cualquier sitio del mundo hay un boricua colao, dejando la mancha de plátano donde quiera que pisa! ¡A la verdad que esta islita tan chiquita está bendecida con tanta gente grande que brilla allá afuera! ¡Ésa es la cría boricua! ¡Yo soy boricua, pa que tú lo sepas!» Al cierre de esta edición, Fufi todavía estaba en un viaje, recitando frases clichés sobre la importancia desproporcionada que tienen los puertorriqueños en el mundo.