«Estoy muy contento con este fichaje, porque garantiza mi regreso al baloncesto estadounidense con un equipo contendiente. ¡Aquí sí que voy a jugar bastante!», dijo Arroyo, evidentemente entusiasmado con la idea de jugar durante horas en el nursery del Staples Center con los hijos de las jugadoras de su nuevo quinteto. «Conseguir este contrato significa mucho para mí, porque ya estaba terminando septiembre y hasta ahora lo único que tenía seguro era mi estrepitoso fracaso como cantante de reggaetón, además de par de anuncios de bebidas desconocidas que nadie en su sano juicio se tomaría», expresó el armador, sin explicar si además de la bebida que patrocina, también estaría dispuesto a tragarse un poco de su ego y dejar de soñar que es material enebeísta.
Al explicar su sorpresiva firma como baby sitter en lugar de como jugadora de las Sparks, Arroyo manifestó que intentó hacer el equipo, pero al final la decisión de asignarle tareas domésticas en lugar de baloncelísticas quedó fuera de sus manos: «Esa era mi intención inicialmente, pero en mis try-outs el equipo no se pudo acoplar a mi juego y el coach me cortó injustamente», aseguró Arroyo sobre Michael Cooper, dirigente de las Sparks, quien evidentemente demostró la misma intolerante actitud asumida por los dirigentes de Denver, Toronto, Utah, Detroit, Orlando y Maccabi Tel Aviv. «Además, la peluca que estaba usando era súper incómoda, y jugar en panties era mucho más difícil que lo que imaginaba. Nah, chacho, mejor me quedo velando niños en el nursery«, explicó con gran convicción.
El estelar baloncelista se mostró confiado de que, a diferencia de ocasiones anteriores, en su nuevo equipo podrá demostrar una vez más sus internacionalmente reconocidas destrezas como líder: «Algunos malintencionados se pasan regando por ahí que tengo problemas de actitud, como si ser un malcria’o y engreído comebola que no puede gardear ni al cadáver de Fico López fuese un problema importante. Voy a demostrar que soy lo suficientemente maduro como para liderar este equipo, y les aseguro que será fácil: por lo que me han contado, varios de mis compañeros son unos llorones, ¡así que finalmente la gente va a dejar de quejarse de que soy un crybaby!», aseguró un confiado Arroyo. «Es más, ¡en este grupo es posible hasta que yo sea de los más maduros!», expresó sobre sus futuros compañeros, cuyas edades fluctúan entre seis meses y dos años. «Esto va a ser como quitarle un dulce a un bebé, ¡literalmente!», declaró.
Por su parte, el agente de la megaestrella, Alex Torres, se mostró complacido con el acuerdo, y aseguró que siempre confió que el talento del armador le abriría nuevamente las puertas del baloncesto estadounidense: «Luego de su brillante actuación en el Premundial, todo era cuestión de tiempo. ¡Ese juego final contra Brasil fue el puntillazo, porque demostró que muy pocos gares son capaces de hacer las cosas que Carlitos hace en la cancha», explicó Torres, aparentemente refiriéndose al fallido intento final de tres puntos que realizó Arroyo fuera de balance y ante la defensa de cuatro jugadores, el dirigente, dos asistentes, ocho fanáticos y la mascota del equipo de Brasil, y que ciertamente a ningún otro armador siquiera se le hubiese ocurrido intentar. «¡Carlitos se encargó por sí solo de que Puerto Rico se quedara con la medalla de plata! ¡Es un héroe nacional!», exclamó sobre el heroico intento que realizó en lugar de completar una pedestre y poco arriesgada güira que nos hubiese dado el oro, mientras sus inútiles compañeros simplemente miraban como hábilmente evitaba pasar el balón.
Sin embargo, Torres lamentó que el brillante historial de Arroyo en la NBA no facilitara su fichaje con un equipo en esa liga: «Carlitos ha establecido varios marcas importantes en la NBA: además de su récord de asistencia a juegos sin jugar ni un minuto, es el jugador que en menor cantidad de partidos ha pasado de armador titular a rajatabla olvidado, con 16″, dijo Torres sobre el récord conseguido por Arroyo con los Jazz de Utah durante la temporada del 2004. «Además, tiene el récord de más dirigentes sacados por el techo, con seis, ¡y lo hizo en siete tempordas y cinco equipos distintos! ¡Es increible su consistencia!», añadió sobre la superestrella boricua, quien inició un impresionante total de 5 partidos en sus últimas cuatro temporadas en la NBA. «Esos 6.9 puntos, 3.5 asistencias, 0.4 robos de balón, y 439.5 malas crianzas por juego hacen a Carlitos un jugador especial. Equipos con armadores inferiores, como Boston, Chicago y los Clippers, debieron haberlo firmado», dijo Torres, mencionando equipos para los que Arroyo podría iniciar dada su evidente superioridad sobre Rajon Rondo, Derrick Rose y Baron Davis, respectivamente.
Al preguntarle sobre los insistentes rumores sobre el supuesto interés de diferentes equipos en firmarlo, Arroyo reafirmó la veracidad de la información, y achacó a los propios periodistas cualquier falsa expectativa creada: «Nosotros nunca dijimos que íbamos a firmar con los Bulls, los Pistons o los Clippers: lo que dijimos fue que estábamos en conversaciones con Chicago, Detroit y Los Angeles», dijo Arroyo sonriendo. «Pues bien, firmamos con Los Angeles, ¿no?», finalizó el estelar armador mientras se alejaba a toda prisa.